Objetivos
Objetivos
Objetivos
Actitudes
Grupo: Título del recurso
Priorización 2023-2025: Aprendizajes Basales
LE05 OA 04
Analizar aspectos relevantes de narraciones leídas para profundizar su comprensión:
- interpretando el lenguaje figurado presente en el texto
- expresando opiniones sobre las actitudes y acciones de los personajes y fundamentándolas con ejemplos del texto
- determinando las consecuencias de hechos o acciones
- describiendo el ambiente y las costumbres representadas en el texto
- explicando las características físicas y sicológicas de los personajes que son relevantes para el desarrollo de la historia
- comparando textos de autores diferentes y justificando su preferencia por alguno.
Clasificaciones
Curso: 5° básico
Asignatura: Lenguaje y comunicación / Lengua y literatura
Textos Escolares oficiales 2023
Actividades de apoyo pedagógico
Material didáctico
Lecturas
Indicadores
Indicadores Unidad 1
- Explican, oralmente o por escrito, expresiones de un texto leído que usen lenguaje figurado.
- Relacionan aspectos del texto con sus experiencias y conocimientos.
- Expresan, oralmente o por escrito, una postura frente a la acción de un personaje y la fundamentan con ejemplos del texto.
- Explican qué consecuencia tiene determinada acción para un personaje.
- Describen o recrean visualmente el lugar donde ocurre el relato.
- Comparan sus costumbres con las de los personajes.
- Explican, oralmente o por escrito, los problemas a los cuales se enfrentan los personajes y cómo se resuelven.
- Describen a los personajes de acuerdo con las actitudes que toman en el relato y sus reacciones frente a los problemas.
- Explican qué sentirían ellos si estuviesen en el lugar del personaje.
- Comparan, en un organizador gráfico, cuentos que tratan un mismo tema, pero escritos por diferentes autores.
Indicadores Unidad 2
- Explican, oralmente o por escrito, expresiones de un texto leído que usen lenguaje figurado.
- Relacionan aspectos del texto con sus experiencias y conocimientos.
- Expresan, oralmente o por escrito, una postura frente a la acción de un personaje y la fundamentan con ejemplos del texto.
- Explican qué consecuencia tiene determinada acción para un personaje.
- Describen o recrean visualmente el lugar donde ocurre el relato.
- Comparan sus costumbres con las de los personajes.
- Explican, oralmente o por escrito, los problemas a los cuales se enfrentan los personajes y cómo se resuelven.
- Describen a los personajes de acuerdo con las actitudes que toman en el relato y sus reacciones frente a los problemas.
- Explican qué sentirían ellos si estuviesen en el lugar del personaje.
- Comparan, en un organizador gráfico, cuentos que tratan un mismo tema, pero escritos por diferentes autores.
- Explican cuáles son los temas que generalmente aborda un autor que hayan leído a lo largo del semestre.
Indicadores Unidad 3
- Explican qué consecuencia tiene determinada acción para un personaje.
- Describen las características físicas y sicológicas de los personajes.
- Dibujan a los personajes de un texto leído, destacando sus principales características.
- Caracterizan a los personajes mediante dramatizaciones.
- Explican, oralmente o por escrito, cómo ayuda o perjudica a un personaje determinada característica.
- Explican, oralmente o por escrito, los problemas que enfrentan los personajes y cómo se resuelven.
- Explican qué sentirían ellos si estuviesen en el lugar de un personaje.
- Describen o recrean visualmente el lugar donde ocurre el relato.
- Subrayan adjetivos o frases en el texto que describen el ambiente o costumbres.
- Comparan sus costumbres con las de los personajes.
- Explican, oralmente o por escrito, expresiones de un texto leído que tengan lenguaje figurado.
- Expresan, oralmente o por escrito, una postura frente a una acción o actitud de un personaje y la fundamentan con ejemplos del texto.
- Explican cuáles son los temas o géneros (ciencia ficción, policial, aventuras, etc.) que generalmente aborda su autor favorito o un autor que hayan leído a lo largo del semestre.
- Comparan, en un organizador gráfico, cuentos de autores diferentes que tratan un mismo tema.
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Preguntas
El Camahueto
Enunciado
El Camahueto
El Camahueto es una criatura mitológica de leyenda que, según la descripción de los lugareños, se parece a un ternero. Su apariencia es muy hermosa porque su pelaje es de color verde brillante.
Quizás la mayor de sus particularidades es que tiene un cuerno situado justo al medio de la frente, de la misma manera que el unicornio. Las leyendas que se cuentan en Chiloé aseguran que los Camahuetos nacen en las capas subterráneas de la tierra, a partir de los restos de uno de esos cuernos.
También se cuenta que las curanderas usaban el cuerno de estos animales como ingrediente principal en sus brebajes. Ya fuera para curar cosas tan simples como leves infecciones en la piel o enfermedades degenerativas, como, por ejemplo, el reumatismo.
Sin embargo, había que tener un especial cuidado al momento de utilizar tan poderoso ingrediente, puesto que, si se usa demasiado, el paciente corría el riesgo de sufrir dolores crónicos de cabeza y, en casos extremos, episodios de locura permanentes.
En la actualidad, en algunos mercados de Chiloé se ofrece a los turistas la "raspadura de Camahueto", esto para aliviar cualquier tipo de malestar. A pesar de esto, lo que verdaderamente están ofertando es ralladura de conchas de mar.
Historias de terror. (s.f.). El Camahueto. Recuperado el 11 de enero 2021 de https://www.historiasde.info/el-camahueto/ (Adaptación).
De acuerdo al texto, ¿qué es un Camahueto?
Alternativas
A) Una criatura típica.
B) Una criatura terrenal.
B) Una criatura ancestral.
D) Una criatura mitológica.
Respuesta
C
En el relato, específicamente en el primer párrafo, se describe al Camahueto como una criatura mitológica. De esta manera, la alternativa correcta es C.
El Camahueto
Enunciado
El Camahueto
El Camahueto es una criatura mitológica de leyenda que, según la descripción de los lugareños, se parece a un ternero. Su apariencia es muy hermosa porque su pelaje es de color verde brillante.
Quizás la mayor de sus particularidades es que tiene un cuerno situado justo al medio de la frente, de la misma manera que el unicornio. Las leyendas que se cuentan en Chiloé aseguran que los Camahuetos nacen en las capas subterráneas de la tierra, a partir de los restos de uno de esos cuernos.
También se cuenta que las curanderas usaban el cuerno de estos animales como ingrediente principal en sus brebajes. Ya fuera para curar cosas tan simples como leves infecciones en la piel o enfermedades degenerativas, como, por ejemplo, el reumatismo.
Sin embargo, había que tener un especial cuidado al momento de utilizar tan poderoso ingrediente, puesto que, si se usa demasiado, el paciente corría el riesgo de sufrir dolores crónicos de cabeza y, en casos extremos, episodios de locura permanentes.
En la actualidad, en algunos mercados de Chiloé se ofrece a los turistas la "raspadura de Camahueto", esto para aliviar cualquier tipo de malestar. A pesar de esto, lo que verdaderamente están ofertando es ralladura de conchas de mar.
Historias de terror. (s.f.). El Camahueto. Recuperado el 11 de enero 2021 de https://www.historiasde.info/el-camahueto/ (Adaptación).
Según el texto, en Chiloé hay personas que venden ralladura de conchas de mar como si fuera del cuerno de un camahueto. A partir del texto, se puede inferir que las personas que compran ese producto, creen que con él podrán:
Alternativas
A) crear un nuevo camahueto.
B) curar la locura permanente.
C) aliviar todo tipo de malestares.
D) mejorar los dolores crónicos de cabeza.
Respuesta
C
En el texto dice en su último párrafo lo siguiente: "En la actualidad, en algunos mercados de Chiloé se ofrece a los turistas la "raspadura de Camahueto", esto para aliviar cualquier tipo de malestar. A pesar de esto, lo que verdaderamente están ofertando es ralladura de conchas de mar." De eta forma, podemos afirmar que la alternativa correcta es C.
El Camahueto
Enunciado
El Camahueto
El Camahueto es una criatura mitológica de leyenda que, según la descripción de los lugareños, se parece a un ternero. Su apariencia es muy hermosa porque su pelaje es de color verde brillante.
Quizás la mayor de sus particularidades es que tiene un cuerno situado justo al medio de la frente, de la misma manera que el unicornio. Las leyendas que se cuentan en Chiloé aseguran que los Camahuetos nacen en las capas subterráneas de la tierra, a partir de los restos de uno de esos cuernos.
También se cuenta que las curanderas usaban el cuerno de estos animales como ingrediente principal en sus brebajes. Ya fuera para curar cosas tan simples como leves infecciones en la piel o enfermedades degenerativas, como, por ejemplo, el reumatismo.
Sin embargo, había que tener un especial cuidado al momento de utilizar tan poderoso ingrediente, puesto que, si se usa demasiado, el paciente corría el riesgo de sufrir dolores crónicos de cabeza y, en casos extremos, episodios de locura permanentes.
En la actualidad, en algunos mercados de Chiloé se ofrece a los turistas la "raspadura de Camahueto", esto para aliviar cualquier tipo de malestar. A pesar de esto, lo que verdaderamente están ofertando es ralladura de conchas de mar.
Historias de terror. (s.f.). El Camahueto. Recuperado el 11 de enero 2021 de https://www.historiasde.info/el-camahueto/ (Adaptación).
Según el texto, ¿qué es lo más hermoso en la apariencia del camahueto?
Alternativas
A) Sus dos cuernos.
B) El color de su pelaje.
C) Su cuerpo de ternero.
Respuesta
C
El relato se refiere textualmente a la hermosura del Camahueto: "SSu apariencia es muy hermosa porque su pelaje es de color verde brillante". Por ello, la alternativa correcta es B. Se descarta la alternativa A debido a que en ningún momento se indica que el Camahueto cuenta con más de un cuerno.
El Camahueto
Enunciado
El Camahueto
El Camahueto es una criatura mitológica de leyenda que, según la descripción de los lugareños, se parece a un ternero. Su apariencia es muy hermosa porque su pelaje es de color verde brillante.
Quizás la mayor de sus particularidades es que tiene un cuerno situado justo al medio de la frente, de la misma manera que el unicornio. Las leyendas que se cuentan en Chiloé aseguran que los Camahuetos nacen en las capas subterráneas de la tierra, a partir de los restos de uno de esos cuernos.
También se cuenta que las curanderas usaban el cuerno de estos animales como ingrediente principal en sus brebajes. Ya fuera para curar cosas tan simples como leves infecciones en la piel o enfermedades degenerativas, como, por ejemplo, el reumatismo.
Sin embargo, había que tener un especial cuidado al momento de utilizar tan poderoso ingrediente, puesto que, si se usa demasiado, el paciente corría el riesgo de sufrir dolores crónicos de cabeza y, en casos extremos, episodios de locura permanentes.
En la actualidad, en algunos mercados de Chiloé se ofrece a los turistas la "raspadura de Camahueto", esto para aliviar cualquier tipo de malestar. A pesar de esto, lo que verdaderamente están ofertando es ralladura de conchas de mar.
Historias de terror. (s.f.). El Camahueto. Recuperado el 11 de enero 2021 de https://www.historiasde.info/el-camahueto/ (Adaptación).
De acuerdo al texto, ¿para qué se usaba el cuerno del Camahueto?
Alternativas
A) Para preparar brebajes.
B) Para venderlo como adorno.
C) Para la prosperidad y la abundancia.
Respuesta
A
En el penúltimo párrafo del relato se dice textualmente el uso del cuerno: "También se cuenta que las curanderas usaban el cuerno de estos animales como ingrediente principal en sus brebajes". Por ello, la alternativa correcta es A.
La guerra con los Saines
Enunciado
Lee el siguiente texto:
La guerra con los Saines
La situación era seria. Los Saines, formidables guerreros, más numerosos que las olas del mar, eran asediados en la ciudad de Clarence. Era un día plomizo, envuelto en bruma, los Saines despertaron rodeados de hombres con lanzas que cargaban contra las tiendas de su campamento, derribando y masacrando todo lo que se ponía en su camino.
La armada de caballeros, que tenían por estandarte una bandera blanca con la cruz roja, avanzaba inexorablemente, masacrando a los Saines. Intentaban en vano reagruparse al son de los cuernos. Gawain mató al rey Ysore y tomó su caballo que podía correr diez leguas sin fatigarse. Los reyes Arturo, Ban y Bors, y tantos otros, hicieron maravillas en la lucha. Merlín echó encantamientos de tal modo que los Saines se rindieron y huyeron con sus caballos hacia el puerto, donde embarcaron en botes con destino desconocido. Entonces Arturo compartió entre los caballeros el botín del enemigo y luego convirtió al duque de Clarence, Gasellin, en uno de sus caballeros. Y hubo cinco días de gran alegría.
Anónimo. Merlín el Mago. Recuperado de: https://cuentosinfantiles.top/merlin-el-mago/
¿Qué quiere decir la palabra "desconocido", en el segundo párrafo?
Alternativas
A) Que el destino es más importante que el camino.
B) Que no saben el camino para volver a casa.
C) Que navegarán en busca de su destino.
D) Que no saben hacia dónde se dirigirán.
Respuesta
D
Considerando la información que se proporciona en el texto y donde se encuentra inserta la palabra, se puede señalar que el término "desconocidos" hace referencia a que no se sabe hacia donde irán. Así, la respuesta correcta es D.
Mito chino de la creación
Enunciado
Mito chino de la creación
Los cielos y la tierra eran solamente uno y todo era caos. El Universo era como un enorme huevo negro, que llevaba en su interior a P'an-Ku. Tras 18.000 años, P'an-Ku se despertó de un largo sueño. Se sintió sofocado, por lo cual empuñó un hacha enorme y la empleó para abrir el huevo. La luz, la parte clara, ascendió y formó los cielos; la materia fría y turbia permaneció debajo para formar la tierra. P'an-Ku se quedó en el medio, con su cabeza tocando el cielo y sus pies sobre la tierra. La tierra y el cielo empezaron a crecer tres metros por día, y P'an-Ku creció con ellos. Después de otros 18.000 años, el cielo era más grande y la tierra más gruesa, y P'an-Ku permaneció entre ellos como un pilar gigantesco, impidiendo que volviesen a estar unidos.
Después de unos años, P'an-Ku falleció y distintas partes de su organismo se transformaron en elementos de nuestro mundo. Su aliento se transformó en el viento y las nubes, su voz se convirtió en el trueno. De su cuerpo, un ojo se transformó en el sol y el otro en la luna. Su cuerpo y sus miembros, se convirtieron en cinco grandes montañas y de su sangre se formó el agua. Sus venas se convirtieron en caminos de larga extensión y sus músculos en fértiles campos. Las interminables estrellas del cielo aparecieron de su pelo y su barba, y las flores y árboles se formaron a partir de su piel y del fino vello de su cuerpo. Su médula se transformó en jade y en perlas. Su sudor fluyó como la generosa lluvia y el dulce rocío que alimenta a todas las cosas vivas de la tierra, y las pequeñas criaturas que poblaban su cuerpo llevadas por el viento, se convirtieron en los seres humanos.
Recursos lenguaje (27 de agosto del 2010). El mito chino de la creación.
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Según el texto, ¿de dónde proviene el agua?
Alternativas
A) De las venas y lágrimas de P'an-Ku.
B) Del cabello y músculos de P'an-Ku.
C) Del corazón y saliva de P'an-Ku.
D) De la sangre y sudor de P'an-Ku.
Respuesta
CLAVE | JUSTIFICACIÓN |
D | Al leer el segundo párrafo del texto, podemos comprender que el agua proviene de dos lugares: de su sangre ("...y de su sangre se formó el agua.") y de su sudor ("Su sudor fluyó como la generosa lluvia y el dulce rocío que alimenta a todas las cosas vivas de la tierra"). Por lo tanto, la alternativa correcta es D. |
Mito chino de la creación
Enunciado
Mito chino de la creación
Los cielos y la tierra eran solamente uno y todo era caos. El Universo era como un enorme huevo negro, que llevaba en su interior a P'an-Ku. Tras 18.000 años, P'an-Ku se despertó de un largo sueño. Se sintió sofocado, por lo cual empuñó un hacha enorme y la empleó para abrir el huevo. La luz, la parte clara, ascendió y formó los cielos; la materia fría y turbia permaneció debajo para formar la tierra. P'an-Ku se quedó en el medio, con su cabeza tocando el cielo y sus pies sobre la tierra. La tierra y el cielo empezaron a crecer tres metros por día, y P'an-Ku creció con ellos. Después de otros 18.000 años, el cielo era más grande y la tierra más gruesa, y P'an-Ku permaneció entre ellos como un pilar gigantesco, impidiendo que volviesen a estar unidos.
Después de unos años, P'an-Ku falleció y distintas partes de su organismo se transformaron en elementos de nuestro mundo. Su aliento se transformó en el viento y las nubes, su voz se convirtió en el trueno. De su cuerpo, un ojo se transformó en el sol y el otro en la luna. Su cuerpo y sus miembros, se convirtieron en cinco grandes montañas y de su sangre se formó el agua. Sus venas se convirtieron en caminos de larga extensión y sus músculos en fértiles campos. Las interminables estrellas del cielo aparecieron de su pelo y su barba, y las flores y árboles se formaron a partir de su piel y del fino vello de su cuerpo. Su médula se transformó en jade y en perlas. Su sudor fluyó como la generosa lluvia y el dulce rocío que alimenta a todas las cosas vivas de la tierra, y las pequeñas criaturas que poblaban su cuerpo llevadas por el viento, se convirtieron en los seres humanos.
Recursos lenguaje (27 de agosto del 2010). El mito chino de la creación.
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Según el texto, ¿en qué se transformó el aliento de P'an- Ku?
Alternativas
A) La aparición de los humanos.
B) El enorme huevo negro.
C) El cuerpo de P'an-Ku.
D) La enorme hacha de P'an-Ku.
Respuesta
CLAVE | JUSTIFICACIÓN |
C | Tal y como aparece al finalizar el primer párrafo del texto, podemos afirmar que es el cuerpo de P'an-Ku el encargado de que el cielo y la tierra no vuelva a unirse, lo cual corroboramos en el siguiente fragmento: "Después de otros 18.000 años, el cielo era más grande y la tierra más gruesa, y P'an-Ku permaneció entre ellos como un pilar gigantesco, impidiendo que volviesen a estar unidos.". De esta manera, la alternativa correcta es C. Podemos descartar la alternativa D, puesto que el hacha permitió que el huevo se rompiera y que el cielo y la tierra se separaran, pero no impedía que se volvieran a unir. |
Mito chino de la creación
Enunciado
Mito chino de la creación
Los cielos y la tierra eran solamente uno y todo era caos. El Universo era como un enorme huevo negro, que llevaba en su interior a P'an-Ku. Tras 18.000 años, P'an-Ku se despertó de un largo sueño. Se sintió sofocado, por lo cual empuñó un hacha enorme y la empleó para abrir el huevo. La luz, la parte clara, ascendió y formó los cielos; la materia fría y turbia permaneció debajo para formar la tierra. P'an-Ku se quedó en el medio, con su cabeza tocando el cielo y sus pies sobre la tierra. La tierra y el cielo empezaron a crecer tres metros por día, y P'an-Ku creció con ellos. Después de otros 18.000 años, el cielo era más grande y la tierra más gruesa, y P'an-Ku permaneció entre ellos como un pilar gigantesco, impidiendo que volviesen a estar unidos.
Después de unos años, P'an-Ku falleció y distintas partes de su organismo se transformaron en elementos de nuestro mundo. Su aliento se transformó en el viento y las nubes, su voz se convirtió en el trueno. De su cuerpo, un ojo se transformó en el sol y el otro en la luna. Su cuerpo y sus miembros, se convirtieron en cinco grandes montañas y de su sangre se formó el agua. Sus venas se convirtieron en caminos de larga extensión y sus músculos en fértiles campos. Las interminables estrellas del cielo aparecieron de su pelo y su barba, y las flores y árboles se formaron a partir de su piel y del fino vello de su cuerpo. Su médula se transformó en jade y en perlas. Su sudor fluyó como la generosa lluvia y el dulce rocío que alimenta a todas las cosas vivas de la tierra, y las pequeñas criaturas que poblaban su cuerpo llevadas por el viento, se convirtieron en los seres humanos.
Recursos lenguaje (27 de agosto del 2010). El mito chino de la creación.
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¿Cuál es el propósito principal del texto leído?
Alternativas
A) Describir cómo era P'an-Ku.
B) Explicar el surgimiento del universo.
C) Narrar las aventuras de los seres humanos.
D) Opinar acerca del origen de la vida en la tierra.
Respuesta
CLAVE | JUSTIFICACIÓN |
B | Al leer el texto, nos percatamos que la historia se trata de un mito, es decir, de un tipo de texto que nos cuenta sobre el nacimiento u origen de algún elemento natural a partir de una explicación basada en hechos sobrenaturales. Así, observamos que el relato nos habla de cómo surge el universo, naciendo de este la tierra, el sol, la luna, las estrellas, las montañas, los ríos y la vida en general en el planeta. Por esta razón, podemos afirmar que la alternativa correcta es B, ya que la intención de este texto es explicarnos cómo surge dicho universo. Se descarta la alternativa A debido a que es un propósito más bien secundario, es decir, es un medio para explicar el surgimiento del universo. De igual forma, se descarta la alternativa D, ya que en ningún momento el narrador nos da una opinión o comentario acerca del origen de la tierra. |
Mito chino de la creación
Enunciado
Mito chino de la creación
Los cielos y la tierra eran solamente uno y todo era caos. El Universo era como un enorme huevo negro, que llevaba en su interior a P'an-Ku. Tras 18.000 años, P'an-Ku se despertó de un largo sueño. Se sintió sofocado, por lo cual empuñó un hacha enorme y la empleó para abrir el huevo. La luz, la parte clara, ascendió y formó los cielos; la materia fría y turbia permaneció debajo para formar la tierra. P'an-Ku se quedó en el medio, con su cabeza tocando el cielo y sus pies sobre la tierra. La tierra y el cielo empezaron a crecer tres metros por día, y P'an-Ku creció con ellos. Después de otros 18.000 años, el cielo era más grande y la tierra más gruesa, y P'an-Ku permaneció entre ellos como un pilar gigantesco, impidiendo que volviesen a estar unidos.
Después de unos años, P'an-Ku falleció y distintas partes de su organismo se transformaron en elementos de nuestro mundo. Su aliento se transformó en el viento y las nubes, su voz se convirtió en el trueno. De su cuerpo, un ojo se transformó en el sol y el otro en la luna. Su cuerpo y sus miembros, se convirtieron en cinco grandes montañas y de su sangre se formó el agua. Sus venas se convirtieron en caminos de larga extensión y sus músculos en fértiles campos. Las interminables estrellas del cielo aparecieron de su pelo y su barba, y las flores y árboles se formaron a partir de su piel y del fino vello de su cuerpo. Su médula se transformó en jade y en perlas. Su sudor fluyó como la generosa lluvia y el dulce rocío que alimenta a todas las cosas vivas de la tierra, y las pequeñas criaturas que poblaban su cuerpo llevadas por el viento, se convirtieron en los seres humanos.
Recursos lenguaje (27 de agosto del 2010). El mito chino de la creación.
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Según el texto, ¿en qué se transformó el aliento de P'an- Ku?
A) En el agua.
B) En el trueno.
C) En el viento y las nubes.
D) En cinco grandes montañas.
Alternativas
Respuesta
CLAVE | JUSTIFICACIÓN |
C | En el segundo párrafo de la narración, aparece de manera eplícita que "su aliento se transformó en el viento y las nubes". Por lo tanto, la alternativa correcta es C. |
Mito chino de la creación
Enunciado
Mito chino de la creación
Los cielos y la tierra eran solamente uno y todo era caos. El Universo era como un enorme huevo negro, que llevaba en su interior a P'an-Ku. Tras 18.000 años, P'an-Ku se despertó de un largo sueño. Se sintió sofocado, por lo cual empuñó un hacha enorme y la empleó para abrir el huevo. La luz, la parte clara, ascendió y formó los cielos; la materia fría y turbia permaneció debajo para formar la tierra. P'an-Ku se quedó en el medio, con su cabeza tocando el cielo y sus pies sobre la tierra. La tierra y el cielo empezaron a crecer tres metros por día, y P'an-Ku creció con ellos. Después de otros 18.000 años, el cielo era más grande y la tierra más gruesa, y P'an-Ku permaneció entre ellos como un pilar gigantesco, impidiendo que volviesen a estar unidos.
Después de unos años, P'an-Ku falleció y distintas partes de su organismo se transformaron en elementos de nuestro mundo. Su aliento se transformó en el viento y las nubes, su voz se convirtió en el trueno. De su cuerpo, un ojo se transformó en el sol y el otro en la luna. Su cuerpo y sus miembros, se convirtieron en cinco grandes montañas y de su sangre se formó el agua. Sus venas se convirtieron en caminos de larga extensión y sus músculos en fértiles campos. Las interminables estrellas del cielo aparecieron de su pelo y su barba, y las flores y árboles se formaron a partir de su piel y del fino vello de su cuerpo. Su médula se transformó en jade y en perlas. Su sudor fluyó como la generosa lluvia y el dulce rocío que alimenta a todas las cosas vivas de la tierra, y las pequeñas criaturas que poblaban su cuerpo llevadas por el viento, se convirtieron en los seres humanos.
Recursos lenguaje (27 de agosto del 2010). El mito chino de la creación.
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Según el texto, ¿cómo era P'an-Ku?
Alternativas
A) Era grande y fuerte.
B) Era musculoso y tierno.
C) Era enorme y tímido.
D) Era poderoso y hablador.
Respuesta
CLAVE | JUSTIFICACIÓN |
A | Gracias al texto, podemos afirmar que P'an-Ku era grande, pues su cabeza tocaba el cielo mientras sus pies se encontraban en la tierra. Además, podemos afirmar que era fuerte, ya que podía sostener un hacha enorme e, incluso, pudo mantener separados a la tierra y el cielo mientras estas crecían junto con él. Por lo anterior, afirmamos que la alternativa correcta es A. |
El leñador honrado
Enunciado
El leñador honrado
Érase una vez un leñador humilde y bueno que después de trabajar todo el día en el campo regresaba a casa a reunirse con los suyos. Por el camino se dispuso a cruzar un puente pequeño, cuando de repente se cayó su hacha en el río.
"¿Cómo haré ahora para trabajar y poder dar de comer a mis hijos?", exclamaba angustiado y preocupado el leñador. Entonces, ante los ojos del pobre hombre, apareció desde el fondo del río una ninfa hermosa y centelleante. "No te lamentes, buen hombre. Traeré devuelta tu hacha en este instante", le dijo la criatura mágica al leñador y se sumergió rápidamente en las aguas del río.
Poco después, la ninfa reapareció con un hacha de oro para mostrarle al leñador, pero este contestó que esa no era su hacha. Nuevamente la ninfa se sumergió en el río y trajo un hacha de plata entre sus manos. "No. Esa tampoco es mi hacha", dijo el leñador, con voz penosa.
Al tercer intento de la ninfa, apareció con un hacha de hierro. "¡Esa sí es mi hacha! Muchas gracias", gritó el leñador con profunda alegría. La ninfa quiso premiarlo por su honestidad y le dijo "Te regalaré además las dos hachas de oro y de plata por haber sido tan honrado".
Fuente: https://club-de-pedagogia.webnode.cl/l/un-articulo-sencillo-de-ejemplo2/
Según el relato; ¿qué perdió el leñador?
Alternativas
A) Un hacha de oro
B) Un hacha de plata
C) Un hacha de hierro
Respuesta
D
En el texto se refleja "Al tercer intento de la ninfa apareció con un hacha de hierro. "¡Esa sí es mi hacha!".
El picador de piedras
Enunciado
EL PICADOR DE PIEDRAS
Érase una vez un picador de piedras que desde hacía años y años picaba y picaba una montaña para sacar piedras. En esa misma montaña, también vivía un geniecillo travieso que, de vez en cuando, concedía deseos a la gente. ¡Pero no lo sabía el picador de piedra!
El picador de piedra vivía contento, hasta que, un día, fue a entregar unas piedras al palacio de un príncipe riquísimo. Al ver las camas de oro, los criados y las sombrillas que protegían al príncipe del sol, el picador de piedra suspiró:
- ¡Ah…! Si yo fuera un príncipe, ¡qué feliz sería!
La voz del genio le respondió:
- Tu deseo ha sido escuchado. ¡Serás un príncipe y serás feliz!
Y de repente… ¡el picador de piedra se transformó en un príncipe! Tenía un palacio precioso y se paseaba muy contento por todas partes bajo su sombrilla.
Hasta que, un día, se dio cuenta de que el sol secaba la hierba e incluso traspasaba su sombrilla. Eso le extrañó mucho y dijo:
¿Cómo? ¿El Sol es más poderoso que yo? ¡Ah…! Si yo fuera el sol, ¡qué feliz sería!
La voz del genio le respondió:
- Tu deseo ha sido escuchado. Serás el sol y serás feliz.
Y de repente… ¡el picador de piedra se convirtió en sol!
Muy contento de ser tan poderoso, lanzaba tanto calor sobre la tierra que la resecaba completamente. Hasta que, un día, una nube se puso delante del sol y lo tapó. Eso lo enfadó mucho y dijo:
- ¿Cómo? ¿Una nube es más poderosa que yo? ¡Ah…! Si yo fuera una nube, ¡qué feliz sería!
La voz del genio le respondió:
- Tu deseo ha sido escuchado. Serás una nube y serás feliz.
Entonces el picador de piedra se convirtió en nube. Muy contento, tapó al sol y desparramó lluvia y más lluvia. Los ríos se desbordaron y el agua arrancó los árboles, pero la montaña no se movió ni un poquito. Al verla, el picador de piedra gritó muy enfadado:
- ¿Cómo? ¿La montaña es más poderosa que yo? ¡Ah…! Si yo fuera una montaña, ¡qué feliz sería!
La voz del genio le respondió:
Tu deseo ha sido escuchado. Serás una montaña y serás feliz.
Y el picador de piedra se convirtió en una montaña. Y ahí se quedó, muy orgulloso, sin moverse. Hasta que, un día, oyó un ruidito muy molesto: "toc, toc, toc". Era el ruidito que hacía otro picador de piedra. Y, después, se oyó el ruido de una gran piedra que rodaba por la montaña. El picador de piedra, muy inquieto, exclamó:
- ¿Cómo? ¿Un simple hombrecillo es más poderoso que yo? ¡Ah…! Si yo fuera un picador de piedra, ¡qué feliz sería!
Entonces, la voz del genio dijo por última vez:
Tu deseo ha sido escuchado. ¡Serás un picador de piedra y serás verdaderamente feliz!
Anónimo. (s. f). Texto tradicional japonés adaptado. Extraído de Revista Caracola
¿Cuál es el primer deseo que le concede el genio al picador de piedra?
Alternativas
A) Ser el sol.
B) Ser un príncipe.
C) Ser una montaña.
D) Ser un picador de piedra.
Respuesta
B
Justificación: En el segundo párrafo el picador de piedra expresa que quisiera ser un príncipe a lo que enseguida el geniecillo le concede el deseo.
El picador de piedras
Enunciado
EL PICADOR DE PIEDRAS
Érase una vez un picador de piedras que desde hacía años y años picaba y picaba una montaña para sacar piedras. En esa misma montaña, también vivía un geniecillo travieso que, de vez en cuando, concedía deseos a la gente. ¡Pero no lo sabía el picador de piedra!
El picador de piedra vivía contento, hasta que, un día, fue a entregar unas piedras al palacio de un príncipe riquísimo. Al ver las camas de oro, los criados y las sombrillas que protegían al príncipe del sol, el picador de piedra suspiró:
- ¡Ah…! Si yo fuera un príncipe, ¡qué feliz sería!
La voz del genio le respondió:
- Tu deseo ha sido escuchado. ¡Serás un príncipe y serás feliz!
Y de repente… ¡el picador de piedra se transformó en un príncipe! Tenía un palacio precioso y se paseaba muy contento por todas partes bajo su sombrilla.
Hasta que, un día, se dio cuenta de que el sol secaba la hierba e incluso traspasaba su sombrilla. Eso le extrañó mucho y dijo:
¿Cómo? ¿El Sol es más poderoso que yo? ¡Ah…! Si yo fuera el sol, ¡qué feliz sería!
La voz del genio le respondió:
- Tu deseo ha sido escuchado. Serás el sol y serás feliz.
Y de repente… ¡el picador de piedra se convirtió en sol!
Muy contento de ser tan poderoso, lanzaba tanto calor sobre la tierra que la resecaba completamente. Hasta que, un día, una nube se puso delante del sol y lo tapó. Eso lo enfadó mucho y dijo:
- ¿Cómo? ¿Una nube es más poderosa que yo? ¡Ah…! Si yo fuera una nube, ¡qué feliz sería!
La voz del genio le respondió:
- Tu deseo ha sido escuchado. Serás una nube y serás feliz.
Entonces el picador de piedra se convirtió en nube. Muy contento, tapó al sol y desparramó lluvia y más lluvia. Los ríos se desbordaron y el agua arrancó los árboles, pero la montaña no se movió ni un poquito. Al verla, el picador de piedra gritó muy enfadado:
- ¿Cómo? ¿La montaña es más poderosa que yo? ¡Ah…! Si yo fuera una montaña, ¡qué feliz sería!
La voz del genio le respondió:
Tu deseo ha sido escuchado. Serás una montaña y serás feliz.
Y el picador de piedra se convirtió en una montaña. Y ahí se quedó, muy orgulloso, sin moverse. Hasta que, un día, oyó un ruidito muy molesto: "toc, toc, toc". Era el ruidito que hacía otro picador de piedra. Y, después, se oyó el ruido de una gran piedra que rodaba por la montaña. El picador de piedra, muy inquieto, exclamó:
- ¿Cómo? ¿Un simple hombrecillo es más poderoso que yo? ¡Ah…! Si yo fuera un picador de piedra, ¡qué feliz sería!
Entonces, la voz del genio dijo por última vez:
Tu deseo ha sido escuchado. ¡Serás un picador de piedra y serás verdaderamente feliz!
Anónimo. (s. f). Texto tradicional japonés adaptado. Extraído de Revista Caracola
Antes de volver a ser un picador de piedras, ¿cuál era la actitud del picador frente a su vida?
Alternativas
A) De rabia.
B) De aceptación.
C) De superación.
D) De inconformidad.
Respuesta
D
Justificación: El/la estudiante realiza una inferencia a partir de la información del texto que expresa la actitud del persdonaje principal respecto de su vida.
El picador de piedras
Enunciado
EL PICADOR DE PIEDRAS
Érase una vez un picador de piedras que desde hacía años y años picaba y picaba una montaña para sacar piedras. En esa misma montaña, también vivía un geniecillo travieso que, de vez en cuando, concedía deseos a la gente. ¡Pero no lo sabía el picador de piedra!
El picador de piedra vivía contento, hasta que, un día, fue a entregar unas piedras al palacio de un príncipe riquísimo. Al ver las camas de oro, los criados y las sombrillas que protegían al príncipe del sol, el picador de piedra suspiró:
- ¡Ah…! Si yo fuera un príncipe, ¡qué feliz sería!
La voz del genio le respondió:
- Tu deseo ha sido escuchado. ¡Serás un príncipe y serás feliz!
Y de repente… ¡el picador de piedra se transformó en un príncipe! Tenía un palacio precioso y se paseaba muy contento por todas partes bajo su sombrilla.
Hasta que, un día, se dio cuenta de que el sol secaba la hierba e incluso traspasaba su sombrilla. Eso le extrañó mucho y dijo:
¿Cómo? ¿El Sol es más poderoso que yo? ¡Ah…! Si yo fuera el sol, ¡qué feliz sería!
La voz del genio le respondió:
- Tu deseo ha sido escuchado. Serás el sol y serás feliz.
Y de repente… ¡el picador de piedra se convirtió en sol!
Muy contento de ser tan poderoso, lanzaba tanto calor sobre la tierra que la resecaba completamente. Hasta que, un día, una nube se puso delante del sol y lo tapó. Eso lo enfadó mucho y dijo:
- ¿Cómo? ¿Una nube es más poderosa que yo? ¡Ah…! Si yo fuera una nube, ¡qué feliz sería!
La voz del genio le respondió:
- Tu deseo ha sido escuchado. Serás una nube y serás feliz.
Entonces el picador de piedra se convirtió en nube. Muy contento, tapó al sol y desparramó lluvia y más lluvia. Los ríos se desbordaron y el agua arrancó los árboles, pero la montaña no se movió ni un poquito. Al verla, el picador de piedra gritó muy enfadado:
- ¿Cómo? ¿La montaña es más poderosa que yo? ¡Ah…! Si yo fuera una montaña, ¡qué feliz sería!
La voz del genio le respondió:
Tu deseo ha sido escuchado. Serás una montaña y serás feliz.
Y el picador de piedra se convirtió en una montaña. Y ahí se quedó, muy orgulloso, sin moverse. Hasta que, un día, oyó un ruidito muy molesto: "toc, toc, toc". Era el ruidito que hacía otro picador de piedra. Y, después, se oyó el ruido de una gran piedra que rodaba por la montaña. El picador de piedra, muy inquieto, exclamó:
- ¿Cómo? ¿Un simple hombrecillo es más poderoso que yo? ¡Ah…! Si yo fuera un picador de piedra, ¡qué feliz sería!
Entonces, la voz del genio dijo por última vez:
Tu deseo ha sido escuchado. ¡Serás un picador de piedra y serás verdaderamente feliz!
Anónimo. (s. f). Texto tradicional japonés adaptado. Extraído de Revista Caracola
Cuando el picador de piedras es convertido en nube, ¿por qué desea dejar de ser nube?
Alternativas
A) Porque se aburrió de tapar al sol.
B) Porque se arrepintió de los estragos que causó.
C) Porque se aburrió de estar suspendida en el cielo.
D) Porque se dio cuenta de que la montaña era más poderosa.
Respuesta
D
Justificación: Dentro del antepenúltimo párrafo todo lo que realizó el picador de piedra convertido en nube no tuvo efectos en la montaña y es por ello que desea ser una ya que era más fuerte que él.
El picador de piedras
Enunciado
EL PICADOR DE PIEDRAS
Érase una vez un picador de piedras que desde hacía años y años picaba y picaba una montaña para sacar piedras. En esa misma montaña, también vivía un geniecillo travieso que, de vez en cuando, concedía deseos a la gente. ¡Pero no lo sabía el picador de piedra!
El picador de piedra vivía contento, hasta que, un día, fue a entregar unas piedras al palacio de un príncipe riquísimo. Al ver las camas de oro, los criados y las sombrillas que protegían al príncipe del sol, el picador de piedra suspiró:
- ¡Ah…! Si yo fuera un príncipe, ¡qué feliz sería!
La voz del genio le respondió:
- Tu deseo ha sido escuchado. ¡Serás un príncipe y serás feliz!
Y de repente… ¡el picador de piedra se transformó en un príncipe! Tenía un palacio precioso y se paseaba muy contento por todas partes bajo su sombrilla.
Hasta que, un día, se dio cuenta de que el sol secaba la hierba e incluso traspasaba su sombrilla. Eso le extrañó mucho y dijo:
¿Cómo? ¿El Sol es más poderoso que yo? ¡Ah…! Si yo fuera el sol, ¡qué feliz sería!
La voz del genio le respondió:
- Tu deseo ha sido escuchado. Serás el sol y serás feliz.
Y de repente… ¡el picador de piedra se convirtió en sol!
Muy contento de ser tan poderoso, lanzaba tanto calor sobre la tierra que la resecaba completamente. Hasta que, un día, una nube se puso delante del sol y lo tapó. Eso lo enfadó mucho y dijo:
- ¿Cómo? ¿Una nube es más poderosa que yo? ¡Ah…! Si yo fuera una nube, ¡qué feliz sería!
La voz del genio le respondió:
- Tu deseo ha sido escuchado. Serás una nube y serás feliz.
Entonces el picador de piedra se convirtió en nube. Muy contento, tapó al sol y desparramó lluvia y más lluvia. Los ríos se desbordaron y el agua arrancó los árboles, pero la montaña no se movió ni un poquito. Al verla, el picador de piedra gritó muy enfadado:
- ¿Cómo? ¿La montaña es más poderosa que yo? ¡Ah…! Si yo fuera una montaña, ¡qué feliz sería!
La voz del genio le respondió:
Tu deseo ha sido escuchado. Serás una montaña y serás feliz.
Y el picador de piedra se convirtió en una montaña. Y ahí se quedó, muy orgulloso, sin moverse. Hasta que, un día, oyó un ruidito muy molesto: "toc, toc, toc". Era el ruidito que hacía otro picador de piedra. Y, después, se oyó el ruido de una gran piedra que rodaba por la montaña. El picador de piedra, muy inquieto, exclamó:
- ¿Cómo? ¿Un simple hombrecillo es más poderoso que yo? ¡Ah…! Si yo fuera un picador de piedra, ¡qué feliz sería!
Entonces, la voz del genio dijo por última vez:
Tu deseo ha sido escuchado. ¡Serás un picador de piedra y serás verdaderamente feliz!
Anónimo. (s. f). Texto tradicional japonés adaptado. Extraído de Revista Caracola
¿Qué sucede con el picador de piedra al final de la historia?
Alternativas
A) Pelea con el genio.
B) Se convierte en montaña.
C) Regresa a su vida anterior.
D) Se convierte en un príncipe.
Respuesta
C
Justificación: El/la estudiante, reconoce la resolución del conflicto presentado en la narración. Al leer el final de la historia el picador de piedra desea ser un picador de piedra y el geniecillo se lo concede.
El picador de piedras
Enunciado
EL PICADOR DE PIEDRAS
Érase una vez un picador de piedras que desde hacía años y años picaba y picaba una montaña para sacar piedras. En esa misma montaña, también vivía un geniecillo travieso que, de vez en cuando, concedía deseos a la gente. ¡Pero no lo sabía el picador de piedra!
El picador de piedra vivía contento, hasta que, un día, fue a entregar unas piedras al palacio de un príncipe riquísimo. Al ver las camas de oro, los criados y las sombrillas que protegían al príncipe del sol, el picador de piedra suspiró:
- ¡Ah…! Si yo fuera un príncipe, ¡qué feliz sería!
La voz del genio le respondió:
- Tu deseo ha sido escuchado. ¡Serás un príncipe y serás feliz!
Y de repente… ¡el picador de piedra se transformó en un príncipe! Tenía un palacio precioso y se paseaba muy contento por todas partes bajo su sombrilla.
Hasta que, un día, se dio cuenta de que el sol secaba la hierba e incluso traspasaba su sombrilla. Eso le extrañó mucho y dijo:
¿Cómo? ¿El Sol es más poderoso que yo? ¡Ah…! Si yo fuera el sol, ¡qué feliz sería!
La voz del genio le respondió:
- Tu deseo ha sido escuchado. Serás el sol y serás feliz.
Y de repente… ¡el picador de piedra se convirtió en sol!
Muy contento de ser tan poderoso, lanzaba tanto calor sobre la tierra que la resecaba completamente. Hasta que, un día, una nube se puso delante del sol y lo tapó. Eso lo enfadó mucho y dijo:
- ¿Cómo? ¿Una nube es más poderosa que yo? ¡Ah…! Si yo fuera una nube, ¡qué feliz sería!
La voz del genio le respondió:
- Tu deseo ha sido escuchado. Serás una nube y serás feliz.
Entonces el picador de piedra se convirtió en nube. Muy contento, tapó al sol y desparramó lluvia y más lluvia. Los ríos se desbordaron y el agua arrancó los árboles, pero la montaña no se movió ni un poquito. Al verla, el picador de piedra gritó muy enfadado:
- ¿Cómo? ¿La montaña es más poderosa que yo? ¡Ah…! Si yo fuera una montaña, ¡qué feliz sería!
La voz del genio le respondió:
Tu deseo ha sido escuchado. Serás una montaña y serás feliz.
Y el picador de piedra se convirtió en una montaña. Y ahí se quedó, muy orgulloso, sin moverse. Hasta que, un día, oyó un ruidito muy molesto: "toc, toc, toc". Era el ruidito que hacía otro picador de piedra. Y, después, se oyó el ruido de una gran piedra que rodaba por la montaña. El picador de piedra, muy inquieto, exclamó:
- ¿Cómo? ¿Un simple hombrecillo es más poderoso que yo? ¡Ah…! Si yo fuera un picador de piedra, ¡qué feliz sería!
Entonces, la voz del genio dijo por última vez:
Tu deseo ha sido escuchado. ¡Serás un picador de piedra y serás verdaderamente feliz!
Anónimo. (s. f). Texto tradicional japonés adaptado. Extraído de Revista Caracola
¿Cuál es el conflicto que se presenta en la historia?
Alternativas
A) Una nube se puso delante del sol y lo tapó.
B) El picador de piedras trabajaba sin descanso.
C) El genio era un bromista y no hacía lo que le pedían.
D) El picador de piedras quería ser cada vez más poderoso.
Respuesta
D
Justificación: La alternativa C es la alternativa correcta ya que a lo largo de la historia se puede verificar que el picador de piedra constantemente deseaba ser otra cosa y nunca estaba conforme con lo que el geniecillo le concedía.
El vendedor de lluvias
Enunciado
El vendedor de lluvias (fragmento)
La tienda se encontraba al fondo de una calle serpenteante, escondida y sin salida, ubicada en la zona vieja de la ciudad. Era uno de esos lugares que, sin buscarse, se encuentran, y cuando aparecen así, tan inesperadamente, se adueñan de la situación como si siempre hubieran estado entre nuestras preocupaciones.
En la vitrina había una gruesa capa de polvo, color ladrillo molido, que también se pegaba en los frascos que exhibían una curiosa mercancía, y para qué decir al interior de la tienda; parecía que por allí había pasado una tormenta de arena como esas fabulosas del desierto del Sahara.
Antes de entrar me volví a fijar en la frasquería de la vitrina: ¿Qué podría significar esa extraña cantidad de frascos cubiertos con polvo viejo? ¿Por qué tenían esas etiquetitas escritas a mano y en su interior brumas azules, verdes, amarillas, rojas? ¿Por qué esas brumas se desplazaban como si lo hicieran de acuerdo a la acción de minúsculos vientos invisibles?
Los frascos estaban llenos y sellados, salvo uno que se encontraba abierto y con su tapa en el piso de la vitrina. Muy cerca del frasco vacío había un letrero donde se podía leer: "Vendo todo tipo de lluvias".
En el interior de la tienda vi a un anciano sonriente, envuelto en un largo abrigo oscuro y con una bufanda enrollada hasta las orejas.
- ¿Es verdad que vende lluvias? -dije como saludo incrédulo-. Pero también pensando en mi pueblo, que sufría una sequía de meses.
- Lo estaba esperando. Como ya es tarde, después de atenderlo a usted, cerraré. ¿Cuánta lluvia necesita? Dígamelo de una vez, que para eso se requiere hacer un trabajo muy especial.
El cielo estaba arrebolado, con los tintes rojizos propios del atardecer y se apreciaba prácticamente despejado, como hacía tanto tiempo en todos estos lugares y también en mi pueblo. "¿Esperando?", pensé. "¿De dónde, si ni siquiera tenía la intención de llegar a este callejón sin salida?". Pero como creo en los momentos mágicos, en esos instantes que surgen inesperadamente y que generan territorios nuevos por explorar, le respondí como si estuviera diciendo la cosa más natural del mundo:
- Necesito suficiente lluvia como para apagar la sed de mi pueblo, de los animales, de las plantas, en fin, de la gente…
- Sí. Ya lo sé. Todos andan en lo mismo. No se imagina cuánto trabajo he tenido últimamente.
El anciano se desprendió del abrigo y de la bufanda ¡Y me pareció tan delgado y con tantos años a cuestas!
Enseguida se restregó los dedos e hizo un gesto como si hubiera pronunciado: ¡Manos a la obra!
Yo abrí tamaños ojos cuando vi que tomó una gran caja y, abriendo la puerta interior de la vitrina que daba a la calle, comenzó a tomar algunos de los frascos que allí se exhibían, mientras murmuraba entre dientes como esas personas que están acostumbradas a vivir en soledad y hablan solas:
- Hum lluvia intensa, restablecedora, recuperadora, ¡revitalizadora!
Para ello tomaré este frasco que tiene una buena porción de nimbus. A propósito, ¿sabe qué significa nimbus?
- Ni idea -le dije un poco avergonzado de mi ignorancia-.
-No hay problema. Nimbus, en latín, significa nube de precipitación.
Se entiende entonces que le eche un frasco concentrado de nimbus ¿verdad? Pero no solo eso necesita.
En la vitrina había muchos frascos recubiertos con ese polvo amarillento, y también el que estaba vacío, que antes me había llamado la atención. Entonces, no resistí avisarle al anciano que tal vez se le hubiera escapado alguno de sus vapores. Pero él, con una sonrisa socarrona, me dijo:
- Tranquilo, que allí duermo yo.
Después, siguió seleccionando frascos y mientras lo hacía, iba remarcando sus actos como si estuviera dictando la receta más sabrosa y exclusiva.
- También necesitará estratonimbus y aire caliente para formar cumulonimbus, con ello tendrá la tormenta más hermosa, con truenos y relámpagos por añadidura, y este frasco con mucho viento norte, este otro con algo de sur, y unos cuantos más con vientos cordilleranos que saben de historias de nieves glaciares y del juguetón granizo, y además, este otro con un poco del cálido viento puelche, que siempre avisa la llegada de la lluvia.
- ¿Y qué más? -Mi pregunta debió haberle sonado tan estúpida, pero quise asegurarme-; es que estaba tan entusiasmado con todo eso de los vientos y las nubes.
El anciano sonrió mientras echaba los frascos en la caja y me pasaba la boleta de pago.
- ¿Qué más? -dijo, repitiendo mi pregunta-,¡un paraguas, pues! Lo necesitará muy pronto. Ah, se me olvidaba: destape los frascos en el cerro más alto de su pueblo y después… a esperar los resultados.
Cuando en el cielo ya aparecían las primeras estrellas, salí de la tienda, cargando una enorme caja. Tenía que apresurarme para tomar el último bus que me llevaría a mi pueblo, mientras sentía en mi pecho un arrobamiento como los que experimenté siendo niño, cuando apresuré el sueño para despertar con la Navidad a la mañana siguiente, o cuando me instalé en el tren que me llevaría por primera vez a ver el mar, o cuando llegó mi padre con una canasta repleta con frutas, y con todos esos otros "cuandos" que guardaba en mi alma como el mejor de los tesoros.
De pronto, no sé por qué se me ocurrió mirar hacía la tienda, y juraría que un vapor azulino se metía en el frasco vacío, ese que estaba olvidado en un rincón de la vitrina, muy cerca de donde se encontraba el letrero que anunciaba la venta de lluvias.
Hidalgo H. (2013). El vendedor de lluvias. En Miguel Ángel Viejo (Ed.) Un cuento al día. Antología. (pp.11-135). Santiago Chile: Publicaciones Cultura.
Bruma | Niebla de menor densidad que la neblina, especialmente la que se forma sobre el mar. |
Arrebolado | Conjunto de nubes enrojecidas por los rayos del sol. |
Restregar | Frotar o pasar repetidamente y con fuerza una cosa generalmente áspera sobre otra. |
Restablecer | Establecer de nuevo una cosa, ponerla en el estado que había tenido antes. |
Revitalizar | Dar a algo nueva vida o actividad, especialmente después de un período de deterioro o inactividad. |
Socarronería | Modo de expresarse de la persona que se burla de los demás de manera irónica y con apariencia de ingenuidad. |
Según el anciano ¿qué significa nimbus?
Alternativas
A) Lluvia intensa.
B) Polvo amarillento.
C) Tormenta hermosa.
D) Nube de precipitación.
Respuesta
D
Justificación: Si lees el diálogo que tiene el anciano con el nombre luego de que comienza a hacer la poción el anciano le explica que nimbus en latín significa nube de precipitación.
El vendedor de lluvias
Enunciado
El vendedor de lluvias (fragmento)
La tienda se encontraba al fondo de una calle serpenteante, escondida y sin salida, ubicada en la zona vieja de la ciudad. Era uno de esos lugares que, sin buscarse, se encuentran, y cuando aparecen así, tan inesperadamente, se adueñan de la situación como si siempre hubieran estado entre nuestras preocupaciones.
En la vitrina había una gruesa capa de polvo, color ladrillo molido, que también se pegaba en los frascos que exhibían una curiosa mercancía, y para qué decir al interior de la tienda; parecía que por allí había pasado una tormenta de arena como esas fabulosas del desierto del Sahara.
Antes de entrar me volví a fijar en la frasquería de la vitrina: ¿Qué podría significar esa extraña cantidad de frascos cubiertos con polvo viejo? ¿Por qué tenían esas etiquetitas escritas a mano y en su interior brumas azules, verdes, amarillas, rojas? ¿Por qué esas brumas se desplazaban como si lo hicieran de acuerdo a la acción de minúsculos vientos invisibles?
Los frascos estaban llenos y sellados, salvo uno que se encontraba abierto y con su tapa en el piso de la vitrina. Muy cerca del frasco vacío había un letrero donde se podía leer: "Vendo todo tipo de lluvias".
En el interior de la tienda vi a un anciano sonriente, envuelto en un largo abrigo oscuro y con una bufanda enrollada hasta las orejas.
- ¿Es verdad que vende lluvias? -dije como saludo incrédulo-. Pero también pensando en mi pueblo, que sufría una sequía de meses.
- Lo estaba esperando. Como ya es tarde, después de atenderlo a usted, cerraré. ¿Cuánta lluvia necesita? Dígamelo de una vez, que para eso se requiere hacer un trabajo muy especial.
El cielo estaba arrebolado, con los tintes rojizos propios del atardecer y se apreciaba prácticamente despejado, como hacía tanto tiempo en todos estos lugares y también en mi pueblo. "¿Esperando?", pensé. "¿De dónde, si ni siquiera tenía la intención de llegar a este callejón sin salida?". Pero como creo en los momentos mágicos, en esos instantes que surgen inesperadamente y que generan territorios nuevos por explorar, le respondí como si estuviera diciendo la cosa más natural del mundo:
- Necesito suficiente lluvia como para apagar la sed de mi pueblo, de los animales, de las plantas, en fin, de la gente…
- Sí. Ya lo sé. Todos andan en lo mismo. No se imagina cuánto trabajo he tenido últimamente.
El anciano se desprendió del abrigo y de la bufanda ¡Y me pareció tan delgado y con tantos años a cuestas!
Enseguida se restregó los dedos e hizo un gesto como si hubiera pronunciado: ¡Manos a la obra!
Yo abrí tamaños ojos cuando vi que tomó una gran caja y, abriendo la puerta interior de la vitrina que daba a la calle, comenzó a tomar algunos de los frascos que allí se exhibían, mientras murmuraba entre dientes como esas personas que están acostumbradas a vivir en soledad y hablan solas:
- Hum lluvia intensa, restablecedora, recuperadora, ¡revitalizadora!
Para ello tomaré este frasco que tiene una buena porción de nimbus. A propósito, ¿sabe qué significa nimbus?
- Ni idea -le dije un poco avergonzado de mi ignorancia-.
-No hay problema. Nimbus, en latín, significa nube de precipitación.
Se entiende entonces que le eche un frasco concentrado de nimbus ¿verdad? Pero no solo eso necesita.
En la vitrina había muchos frascos recubiertos con ese polvo amarillento, y también el que estaba vacío, que antes me había llamado la atención. Entonces, no resistí avisarle al anciano que tal vez se le hubiera escapado alguno de sus vapores. Pero él, con una sonrisa socarrona, me dijo:
- Tranquilo, que allí duermo yo.
Después, siguió seleccionando frascos y mientras lo hacía, iba remarcando sus actos como si estuviera dictando la receta más sabrosa y exclusiva.
- También necesitará estratonimbus y aire caliente para formar cumulonimbus, con ello tendrá la tormenta más hermosa, con truenos y relámpagos por añadidura, y este frasco con mucho viento norte, este otro con algo de sur, y unos cuantos más con vientos cordilleranos que saben de historias de nieves glaciares y del juguetón granizo, y además, este otro con un poco del cálido viento puelche, que siempre avisa la llegada de la lluvia.
- ¿Y qué más? -Mi pregunta debió haberle sonado tan estúpida, pero quise asegurarme-; es que estaba tan entusiasmado con todo eso de los vientos y las nubes.
El anciano sonrió mientras echaba los frascos en la caja y me pasaba la boleta de pago.
- ¿Qué más? -dijo, repitiendo mi pregunta-,¡un paraguas, pues! Lo necesitará muy pronto. Ah, se me olvidaba: destape los frascos en el cerro más alto de su pueblo y después… a esperar los resultados.
Cuando en el cielo ya aparecían las primeras estrellas, salí de la tienda, cargando una enorme caja. Tenía que apresurarme para tomar el último bus que me llevaría a mi pueblo, mientras sentía en mi pecho un arrobamiento como los que experimenté siendo niño, cuando apresuré el sueño para despertar con la Navidad a la mañana siguiente, o cuando me instalé en el tren que me llevaría por primera vez a ver el mar, o cuando llegó mi padre con una canasta repleta con frutas, y con todos esos otros "cuandos" que guardaba en mi alma como el mejor de los tesoros.
De pronto, no sé por qué se me ocurrió mirar hacía la tienda, y juraría que un vapor azulino se metía en el frasco vacío, ese que estaba olvidado en un rincón de la vitrina, muy cerca de donde se encontraba el letrero que anunciaba la venta de lluvias.
Hidalgo H. (2013). El vendedor de lluvias. En Miguel Ángel Viejo (Ed.) Un cuento al día. Antología. (pp.11-135). Santiago Chile: Publicaciones Cultura.
Bruma | Niebla de menor densidad que la neblina, especialmente la que se forma sobre el mar. |
Arrebolado | Conjunto de nubes enrojecidas por los rayos del sol. |
Restregar | Frotar o pasar repetidamente y con fuerza una cosa generalmente áspera sobre otra. |
Restablecer | Establecer de nuevo una cosa, ponerla en el estado que había tenido antes. |
Revitalizar | Dar a algo nueva vida o actividad, especialmente después de un período de deterioro o inactividad. |
Socarronería | Modo de expresarse de la persona que se burla de los demás, de manera irónica y con apariencia de ingenuidad. |
De acuerdo a lo que se narra en el texto, ¿por qué el anciano había tenido tanto trabajo útimamente?
Alternativas
A) Porque había muchos lugares con sequía.
B) Porque tuvo que apagar la sed de todo el pueblo.
C) Porque había escrito a mano las etiquetas de los frascos.
D) Porque tuvo que buscar los vapores que se habían escapado.
Respuesta
A
Justificación: El/la estudiante realiza una inferencia a partir de información del texto (todos andan en lo mismo/los pueblos estaban con sequía) para esdtablecer una relación de causa-efecto.
El vendedor de lluvias
Enunciado
El vendedor de lluvias (fragmento)
La tienda se encontraba al fondo de una calle serpenteante, escondida y sin salida, ubicada en la zona vieja de la ciudad. Era uno de esos lugares que, sin buscarse, se encuentran, y cuando aparecen así, tan inesperadamente, se adueñan de la situación como si siempre hubieran estado entre nuestras preocupaciones.
En la vitrina había una gruesa capa de polvo, color ladrillo molido, que también se pegaba en los frascos que exhibían una curiosa mercancía, y para qué decir al interior de la tienda; parecía que por allí había pasado una tormenta de arena como esas fabulosas del desierto del Sahara.
Antes de entrar me volví a fijar en la frasquería de la vitrina: ¿Qué podría significar esa extraña cantidad de frascos cubiertos con polvo viejo? ¿Por qué tenían esas etiquetitas escritas a mano y en su interior brumas azules, verdes, amarillas, rojas? ¿Por qué esas brumas se desplazaban como si lo hicieran de acuerdo a la acción de minúsculos vientos invisibles?
Los frascos estaban llenos y sellados, salvo uno que se encontraba abierto y con su tapa en el piso de la vitrina. Muy cerca del frasco vacío había un letrero donde se podía leer: "Vendo todo tipo de lluvias".
En el interior de la tienda vi a un anciano sonriente, envuelto en un largo abrigo oscuro y con una bufanda enrollada hasta las orejas.
- ¿Es verdad que vende lluvias? -dije como saludo incrédulo-. Pero también pensando en mi pueblo, que sufría una sequía de meses.
- Lo estaba esperando. Como ya es tarde, después de atenderlo a usted, cerraré. ¿Cuánta lluvia necesita? Dígamelo de una vez, que para eso se requiere hacer un trabajo muy especial.
El cielo estaba arrebolado, con los tintes rojizos propios del atardecer y se apreciaba prácticamente despejado, como hacía tanto tiempo en todos estos lugares y también en mi pueblo. "¿Esperando?", pensé. "¿De dónde, si ni siquiera tenía la intención de llegar a este callejón sin salida?". Pero como creo en los momentos mágicos, en esos instantes que surgen inesperadamente y que generan territorios nuevos por explorar, le respondí como si estuviera diciendo la cosa más natural del mundo:
- Necesito suficiente lluvia como para apagar la sed de mi pueblo, de los animales, de las plantas, en fin, de la gente…
- Sí. Ya lo sé. Todos andan en lo mismo. No se imagina cuánto trabajo he tenido últimamente.
El anciano se desprendió del abrigo y de la bufanda ¡Y me pareció tan delgado y con tantos años a cuestas!
Enseguida se restregó los dedos e hizo un gesto como si hubiera pronunciado: ¡Manos a la obra!
Yo abrí tamaños ojos cuando vi que tomó una gran caja y, abriendo la puerta interior de la vitrina que daba a la calle, comenzó a tomar algunos de los frascos que allí se exhibían, mientras murmuraba entre dientes como esas personas que están acostumbradas a vivir en soledad y hablan solas:
- Hum lluvia intensa, restablecedora, recuperadora, ¡revitalizadora!
Para ello tomaré este frasco que tiene una buena porción de nimbus. A propósito, ¿sabe qué significa nimbus?
- Ni idea -le dije un poco avergonzado de mi ignorancia-.
-No hay problema. Nimbus, en latín, significa nube de precipitación.
Se entiende entonces que le eche un frasco concentrado de nimbus ¿verdad? Pero no solo eso necesita.
En la vitrina había muchos frascos recubiertos con ese polvo amarillento, y también el que estaba vacío, que antes me había llamado la atención. Entonces, no resistí avisarle al anciano que tal vez se le hubiera escapado alguno de sus vapores. Pero él, con una sonrisa socarrona, me dijo:
- Tranquilo, que allí duermo yo.
Después, siguió seleccionando frascos y mientras lo hacía, iba remarcando sus actos como si estuviera dictando la receta más sabrosa y exclusiva.
- También necesitará estratonimbus y aire caliente para formar cumulonimbus, con ello tendrá la tormenta más hermosa, con truenos y relámpagos por añadidura, y este frasco con mucho viento norte, este otro con algo de sur, y unos cuantos más con vientos cordilleranos que saben de historias de nieves glaciares y del juguetón granizo, y además, este otro con un poco del cálido viento puelche, que siempre avisa la llegada de la lluvia.
- ¿Y qué más? -Mi pregunta debió haberle sonado tan estúpida, pero quise asegurarme-; es que estaba tan entusiasmado con todo eso de los vientos y las nubes.
El anciano sonrió mientras echaba los frascos en la caja y me pasaba la boleta de pago.
- ¿Qué más? -dijo, repitiendo mi pregunta-,¡un paraguas, pues! Lo necesitará muy pronto. Ah, se me olvidaba: destape los frascos en el cerro más alto de su pueblo y después… a esperar los resultados.
Cuando en el cielo ya aparecían las primeras estrellas, salí de la tienda, cargando una enorme caja. Tenía que apresurarme para tomar el último bus que me llevaría a mi pueblo, mientras sentía en mi pecho un arrobamiento como los que experimenté siendo niño, cuando apresuré el sueño para despertar con la Navidad a la mañana siguiente, o cuando me instalé en el tren que me llevaría por primera vez a ver el mar, o cuando llegó mi padre con una canasta repleta con frutas, y con todos esos otros "cuandos" que guardaba en mi alma como el mejor de los tesoros.
De pronto, no sé por qué se me ocurrió mirar hacía la tienda, y juraría que un vapor azulino se metía en el frasco vacío, ese que estaba olvidado en un rincón de la vitrina, muy cerca de donde se encontraba el letrero que anunciaba la venta de lluvias.
Hidalgo H. (2013). El vendedor de lluvias. En Miguel Ángel Viejo (Ed.) Un cuento al día. Antología. (pp.11-135). Santiago Chile: Publicaciones Cultura.
Bruma | Niebla de menor densidad que la neblina, especialmente la que se forma sobre el mar. |
Arrebolado | Conjunto de nubes enrojecidas por los rayos del sol. |
Restregar | Frotar o pasar repetidamente y con fuerza una cosa generalmente áspera sobre otra. |
Restablecer | Establecer de nuevo una cosa, ponerla en el estado que había tenido antes. |
Revitalizar | Dar a algo nueva vida o actividad, especialmente después de un período de deterioro o inactividad. |
Socarronería | Modo de expresarse de la persona que se burla de los demás de manera irónica y con apariencia de ingenuidad. |
¿Dónde recomendó el anciano destapar los frascos?
Alternativas
A) En un rincón de la vitrina.
B) En algún callejón sin salida.
C) En el cerro más alto del pueblo.
D) En la zona más vieja de la ciudad.
Respuesta
C
Justificación: El último diálogo del penúltimo párrafo el hombre y el anciano conversan y este ultimo le dice explícitamente que destape los frascos en el cerro más alto de su pueblo.
El vendedor de lluvias
Enunciado
El vendedor de lluvias (fragmento)
La tienda se encontraba al fondo de una calle serpenteante, escondida y sin salida, ubicada en la zona vieja de la ciudad. Era uno de esos lugares que, sin buscarse, se encuentran, y cuando aparecen así, tan inesperadamente, se adueñan de la situación como si siempre hubieran estado entre nuestras preocupaciones.
En la vitrina había una gruesa capa de polvo, color ladrillo molido, que también se pegaba en los frascos que exhibían una curiosa mercancía, y para qué decir al interior de la tienda; parecía que por allí había pasado una tormenta de arena como esas fabulosas del desierto del Sahara.
Antes de entrar me volví a fijar en la frasquería de la vitrina: ¿Qué podría significar esa extraña cantidad de frascos cubiertos con polvo viejo? ¿Por qué tenían esas etiquetitas escritas a mano y en su interior brumas azules, verdes, amarillas, rojas? ¿Por qué esas brumas se desplazaban como si lo hicieran de acuerdo a la acción de minúsculos vientos invisibles?
Los frascos estaban llenos y sellados, salvo uno que se encontraba abierto y con su tapa en el piso de la vitrina. Muy cerca del frasco vacío había un letrero donde se podía leer: "Vendo todo tipo de lluvias".
En el interior de la tienda vi a un anciano sonriente, envuelto en un largo abrigo oscuro y con una bufanda enrollada hasta las orejas.
- ¿Es verdad que vende lluvias? -dije como saludo incrédulo-. Pero también pensando en mi pueblo, que sufría una sequía de meses.
- Lo estaba esperando. Como ya es tarde, después de atenderlo a usted, cerraré. ¿Cuánta lluvia necesita? Dígamelo de una vez, que para eso se requiere hacer un trabajo muy especial.
El cielo estaba arrebolado, con los tintes rojizos propios del atardecer y se apreciaba prácticamente despejado, como hacía tanto tiempo en todos estos lugares y también en mi pueblo. "¿Esperando?", pensé. "¿De dónde, si ni siquiera tenía la intención de llegar a este callejón sin salida?". Pero como creo en los momentos mágicos, en esos instantes que surgen inesperadamente y que generan territorios nuevos por explorar, le respondí como si estuviera diciendo la cosa más natural del mundo:
- Necesito suficiente lluvia como para apagar la sed de mi pueblo, de los animales, de las plantas, en fin, de la gente…
- Sí. Ya lo sé. Todos andan en lo mismo. No se imagina cuánto trabajo he tenido últimamente.
El anciano se desprendió del abrigo y de la bufanda ¡Y me pareció tan delgado y con tantos años a cuestas!
Enseguida se restregó los dedos e hizo un gesto como si hubiera pronunciado: ¡Manos a la obra!
Yo abrí tamaños ojos cuando vi que tomó una gran caja y, abriendo la puerta interior de la vitrina que daba a la calle, comenzó a tomar algunos de los frascos que allí se exhibían, mientras murmuraba entre dientes como esas personas que están acostumbradas a vivir en soledad y hablan solas:
- Hum lluvia intensa, restablecedora, recuperadora, ¡revitalizadora!
Para ello tomaré este frasco que tiene una buena porción de nimbus. A propósito, ¿sabe qué significa nimbus?
- Ni idea -le dije un poco avergonzado de mi ignorancia-.
-No hay problema. Nimbus, en latín, significa nube de precipitación.
Se entiende entonces que le eche un frasco concentrado de nimbus ¿verdad? Pero no solo eso necesita.
En la vitrina había muchos frascos recubiertos con ese polvo amarillento, y también el que estaba vacío, que antes me había llamado la atención. Entonces, no resistí avisarle al anciano que tal vez se le hubiera escapado alguno de sus vapores. Pero él, con una sonrisa socarrona, me dijo:
- Tranquilo, que allí duermo yo.
Después, siguió seleccionando frascos y mientras lo hacía, iba remarcando sus actos como si estuviera dictando la receta más sabrosa y exclusiva.
- También necesitará estratonimbus y aire caliente para formar cumulonimbus, con ello tendrá la tormenta más hermosa, con truenos y relámpagos por añadidura, y este frasco con mucho viento norte, este otro con algo de sur, y unos cuantos más con vientos cordilleranos que saben de historias de nieves glaciares y del juguetón granizo, y además, este otro con un poco del cálido viento puelche, que siempre avisa la llegada de la lluvia.
- ¿Y qué más? -Mi pregunta debió haberle sonado tan estúpida, pero quise asegurarme-; es que estaba tan entusiasmado con todo eso de los vientos y las nubes.
El anciano sonrió mientras echaba los frascos en la caja y me pasaba la boleta de pago.
- ¿Qué más? -dijo, repitiendo mi pregunta-,¡un paraguas, pues! Lo necesitará muy pronto. Ah, se me olvidaba: destape los frascos en el cerro más alto de su pueblo y después… a esperar los resultados.
Cuando en el cielo ya aparecían las primeras estrellas, salí de la tienda, cargando una enorme caja. Tenía que apresurarme para tomar el último bus que me llevaría a mi pueblo, mientras sentía en mi pecho un arrobamiento como los que experimenté siendo niño, cuando apresuré el sueño para despertar con la Navidad a la mañana siguiente, o cuando me instalé en el tren que me llevaría por primera vez a ver el mar, o cuando llegó mi padre con una canasta repleta con frutas, y con todos esos otros "cuandos" que guardaba en mi alma como el mejor de los tesoros.
De pronto, no sé por qué se me ocurrió mirar hacía la tienda, y juraría que un vapor azulino se metía en el frasco vacío, ese que estaba olvidado en un rincón de la vitrina, muy cerca de donde se encontraba el letrero que anunciaba la venta de lluvias.
Hidalgo H. (2013). El vendedor de lluvias. En Miguel Ángel Viejo (Ed.) Un cuento al día. Antología. (pp.11-135). Santiago Chile: Publicaciones Cultura.
Bruma | Niebla de menor densidad que la neblina, especialmente la que se forma sobre el mar. |
Arrebolado | Conjunto de nubes enrojecidas por los rayos del sol. |
Restregar | Frotar o pasar repetidamente y con fuerza una cosa generalmente áspera sobre otra. |
Restablecer | Establecer de nuevo una cosa, ponerla en el estado que había tenido antes. |
Revitalizar | Dar a algo nueva vida o actividad, especialmente después de un período de deterioro o inactividad. |
Socarronería | Modo de expresarse de la persona que se burla de los demás de manera irónica y con apariencia de ingenuidad. |
¿Por qué uno de los frascos estaba abierto en la vitrina?
Alternativas
A) Porque allí pondrían la lluvia.
B) Porque el anciano dormía allí.
C) Porque se habían arrancado los vapores.
D) Porque se había llenado de polvo amarillento.
Respuesta
B
Justificación: Si lees el momento de la historia, posterior a la explicación que le da el anciano al hombre sobre la nimbus, podrás notar que cuando el hombre le avisa sobre el frasco vacío al anciano, este le responde con una sonrisa que allí dormía él.
El vendedor de lluvias
Enunciado
El vendedor de lluvias (fragmento)
La tienda se encontraba al fondo de una calle serpenteante, escondida y sin salida, ubicada en la zona vieja de la ciudad. Era uno de esos lugares que, sin buscarse, se encuentran, y cuando aparecen así, tan inesperadamente, se adueñan de la situación como si siempre hubieran estado entre nuestras preocupaciones.
En la vitrina había una gruesa capa de polvo, color ladrillo molido, que también se pegaba en los frascos que exhibían una curiosa mercancía, y para qué decir al interior de la tienda; parecía que por allí había pasado una tormenta de arena como esas fabulosas del desierto del Sahara.
Antes de entrar me volví a fijar en la frasquería de la vitrina: ¿Qué podría significar esa extraña cantidad de frascos cubiertos con polvo viejo? ¿Por qué tenían esas etiquetitas escritas a mano y en su interior brumas azules, verdes, amarillas, rojas? ¿Por qué esas brumas se desplazaban como si lo hicieran de acuerdo a la acción de minúsculos vientos invisibles?
Los frascos estaban llenos y sellados, salvo uno que se encontraba abierto y con su tapa en el piso de la vitrina. Muy cerca del frasco vacío había un letrero donde se podía leer: "Vendo todo tipo de lluvias".
En el interior de la tienda vi a un anciano sonriente, envuelto en un largo abrigo oscuro y con una bufanda enrollada hasta las orejas.
- ¿Es verdad que vende lluvias? -dije como saludo incrédulo-. Pero también pensando en mi pueblo, que sufría una sequía de meses.
- Lo estaba esperando. Como ya es tarde, después de atenderlo a usted, cerraré. ¿Cuánta lluvia necesita? Dígamelo de una vez, que para eso se requiere hacer un trabajo muy especial.
El cielo estaba arrebolado, con los tintes rojizos propios del atardecer y se apreciaba prácticamente despejado, como hacía tanto tiempo en todos estos lugares y también en mi pueblo. "¿Esperando?", pensé. "¿De dónde, si ni siquiera tenía la intención de llegar a este callejón sin salida?". Pero como creo en los momentos mágicos, en esos instantes que surgen inesperadamente y que generan territorios nuevos por explorar, le respondí como si estuviera diciendo la cosa más natural del mundo:
- Necesito suficiente lluvia como para apagar la sed de mi pueblo, de los animales, de las plantas, en fin, de la gente…
- Sí. Ya lo sé. Todos andan en lo mismo. No se imagina cuánto trabajo he tenido últimamente.
El anciano se desprendió del abrigo y de la bufanda ¡Y me pareció tan delgado y con tantos años a cuestas!
Enseguida se restregó los dedos e hizo un gesto como si hubiera pronunciado: ¡Manos a la obra!
Yo abrí tamaños ojos cuando vi que tomó una gran caja y, abriendo la puerta interior de la vitrina que daba a la calle, comenzó a tomar algunos de los frascos que allí se exhibían, mientras murmuraba entre dientes como esas personas que están acostumbradas a vivir en soledad y hablan solas:
- Hum lluvia intensa, restablecedora, recuperadora, ¡revitalizadora!
Para ello tomaré este frasco que tiene una buena porción de nimbus. A propósito, ¿sabe qué significa nimbus?
- Ni idea -le dije un poco avergonzado de mi ignorancia-.
-No hay problema. Nimbus, en latín, significa nube de precipitación.
Se entiende entonces que le eche un frasco concentrado de nimbus ¿verdad? Pero no solo eso necesita.
En la vitrina había muchos frascos recubiertos con ese polvo amarillento, y también el que estaba vacío, que antes me había llamado la atención. Entonces, no resistí avisarle al anciano que tal vez se le hubiera escapado alguno de sus vapores. Pero él, con una sonrisa socarrona, me dijo:
- Tranquilo, que allí duermo yo.
Después, siguió seleccionando frascos y mientras lo hacía, iba remarcando sus actos como si estuviera dictando la receta más sabrosa y exclusiva.
- También necesitará estratonimbus y aire caliente para formar cumulonimbus, con ello tendrá la tormenta más hermosa, con truenos y relámpagos por añadidura, y este frasco con mucho viento norte, este otro con algo de sur, y unos cuantos más con vientos cordilleranos que saben de historias de nieves glaciares y del juguetón granizo, y además, este otro con un poco del cálido viento puelche, que siempre avisa la llegada de la lluvia.
- ¿Y qué más? -Mi pregunta debió haberle sonado tan estúpida, pero quise asegurarme-; es que estaba tan entusiasmado con todo eso de los vientos y las nubes.
El anciano sonrió mientras echaba los frascos en la caja y me pasaba la boleta de pago.
- ¿Qué más? -dijo, repitiendo mi pregunta-,¡un paraguas, pues! Lo necesitará muy pronto. Ah, se me olvidaba: destape los frascos en el cerro más alto de su pueblo y después… a esperar los resultados.
Cuando en el cielo ya aparecían las primeras estrellas, salí de la tienda, cargando una enorme caja. Tenía que apresurarme para tomar el último bus que me llevaría a mi pueblo, mientras sentía en mi pecho un arrobamiento como los que experimenté siendo niño, cuando apresuré el sueño para despertar con la Navidad a la mañana siguiente, o cuando me instalé en el tren que me llevaría por primera vez a ver el mar, o cuando llegó mi padre con una canasta repleta con frutas, y con todos esos otros "cuandos" que guardaba en mi alma como el mejor de los tesoros.
De pronto, no sé por qué se me ocurrió mirar hacía la tienda, y juraría que un vapor azulino se metía en el frasco vacío, ese que estaba olvidado en un rincón de la vitrina, muy cerca de donde se encontraba el letrero que anunciaba la venta de lluvias.
Hidalgo H. (2013). El vendedor de lluvias. En Miguel Ángel Viejo (Ed.) Un cuento al día. Antología. (pp.11-135). Santiago Chile: Publicaciones Cultura.
Bruma | Niebla de menor densidad que la neblina, especialmente la que se forma sobre el mar. |
Arrebolado | Conjunto de nubes enrojecidas por los rayos del sol. |
Restregar | Frotar o pasar repetidamente y con fuerza una cosa generalmente áspera sobre otra. |
Restablecer | Establecer de nuevo una cosa, ponerla en el estado que había tenido antes. |
Revitalizar | Dar a algo nueva vida o actividad, especialmente después de un período de deterioro o inactividad. |
Socarronería | Modo de expresarse de la persona que se burla de los demás de manera irónica y con apariencia de ingenuidad. |
¿Por qué se entusiasmó con comprar lluvia el hombre que entró a la tienda?
Alternativas
A) Porque le gustaba el invierno.
B) Porque quería conocer las nimbus.
C) Porque le traía recuerdos de cuando era niño.
D) Porque así podía aliviar la sequía en su pueblo.
Respuesta
D
Justificación: El/la estudiante realiza una inferencia que el texto sugiere claramente para establecer una relación de causa-efecto presente en el texto.
El vendedor de lluvias
Enunciado
El vendedor de lluvias (fragmento)
La tienda se encontraba al fondo de una calle serpenteante, escondida y sin salida, ubicada en la zona vieja de la ciudad. Era uno de esos lugares que, sin buscarse, se encuentran, y cuando aparecen así, tan inesperadamente, se adueñan de la situación como si siempre hubieran estado entre nuestras preocupaciones.
En la vitrina había una gruesa capa de polvo, color ladrillo molido, que también se pegaba en los frascos que exhibían una curiosa mercancía, y para qué decir al interior de la tienda; parecía que por allí había pasado una tormenta de arena como esas fabulosas del desierto del Sahara.
Antes de entrar me volví a fijar en la frasquería de la vitrina: ¿Qué podría significar esa extraña cantidad de frascos cubiertos con polvo viejo? ¿Por qué tenían esas etiquetitas escritas a mano y en su interior brumas azules, verdes, amarillas, rojas? ¿Por qué esas brumas se desplazaban como si lo hicieran de acuerdo a la acción de minúsculos vientos invisibles?
Los frascos estaban llenos y sellados, salvo uno que se encontraba abierto y con su tapa en el piso de la vitrina. Muy cerca del frasco vacío había un letrero donde se podía leer: "Vendo todo tipo de lluvias".
En el interior de la tienda vi a un anciano sonriente, envuelto en un largo abrigo oscuro y con una bufanda enrollada hasta las orejas.
- ¿Es verdad que vende lluvias? -dije como saludo incrédulo-. Pero también pensando en mi pueblo, que sufría una sequía de meses.
- Lo estaba esperando. Como ya es tarde, después de atenderlo a usted, cerraré. ¿Cuánta lluvia necesita? Dígamelo de una vez, que para eso se requiere hacer un trabajo muy especial.
El cielo estaba arrebolado, con los tintes rojizos propios del atardecer y se apreciaba prácticamente despejado, como hacía tanto tiempo en todos estos lugares y también en mi pueblo. "¿Esperando?", pensé. "¿De dónde, si ni siquiera tenía la intención de llegar a este callejón sin salida?". Pero como creo en los momentos mágicos, en esos instantes que surgen inesperadamente y que generan territorios nuevos por explorar, le respondí como si estuviera diciendo la cosa más natural del mundo:
- Necesito suficiente lluvia como para apagar la sed de mi pueblo, de los animales, de las plantas, en fin, de la gente…
- Sí. Ya lo sé. Todos andan en lo mismo. No se imagina cuánto trabajo he tenido últimamente.
El anciano se desprendió del abrigo y de la bufanda ¡Y me pareció tan delgado y con tantos años a cuestas!
Enseguida se restregó los dedos e hizo un gesto como si hubiera pronunciado: ¡Manos a la obra!
Yo abrí tamaños ojos cuando vi que tomó una gran caja y, abriendo la puerta interior de la vitrina que daba a la calle, comenzó a tomar algunos de los frascos que allí se exhibían, mientras murmuraba entre dientes como esas personas que están acostumbradas a vivir en soledad y hablan solas:
- Hum lluvia intensa, restablecedora, recuperadora, ¡revitalizadora!
Para ello tomaré este frasco que tiene una buena porción de nimbus. A propósito, ¿sabe qué significa nimbus?
- Ni idea -le dije un poco avergonzado de mi ignorancia-.
-No hay problema. Nimbus, en latín, significa nube de precipitación.
Se entiende entonces que le eche un frasco concentrado de nimbus ¿verdad? Pero no solo eso necesita.
En la vitrina había muchos frascos recubiertos con ese polvo amarillento, y también el que estaba vacío, que antes me había llamado la atención. Entonces, no resistí avisarle al anciano que tal vez se le hubiera escapado alguno de sus vapores. Pero él, con una sonrisa socarrona, me dijo:
- Tranquilo, que allí duermo yo.
Después, siguió seleccionando frascos y mientras lo hacía, iba remarcando sus actos como si estuviera dictando la receta más sabrosa y exclusiva.
- También necesitará estratonimbus y aire caliente para formar cumulonimbus, con ello tendrá la tormenta más hermosa, con truenos y relámpagos por añadidura, y este frasco con mucho viento norte, este otro con algo de sur, y unos cuantos más con vientos cordilleranos que saben de historias de nieves glaciares y del juguetón granizo, y además, este otro con un poco del cálido viento puelche, que siempre avisa la llegada de la lluvia.
- ¿Y qué más? -Mi pregunta debió haberle sonado tan estúpida, pero quise asegurarme-; es que estaba tan entusiasmado con todo eso de los vientos y las nubes.
El anciano sonrió mientras echaba los frascos en la caja y me pasaba la boleta de pago.
- ¿Qué más? -dijo, repitiendo mi pregunta-,¡un paraguas, pues! Lo necesitará muy pronto. Ah, se me olvidaba: destape los frascos en el cerro más alto de su pueblo y después… a esperar los resultados.
Cuando en el cielo ya aparecían las primeras estrellas, salí de la tienda, cargando una enorme caja. Tenía que apresurarme para tomar el último bus que me llevaría a mi pueblo, mientras sentía en mi pecho un arrobamiento como los que experimenté siendo niño, cuando apresuré el sueño para despertar con la Navidad a la mañana siguiente, o cuando me instalé en el tren que me llevaría por primera vez a ver el mar, o cuando llegó mi padre con una canasta repleta con frutas, y con todos esos otros "cuandos" que guardaba en mi alma como el mejor de los tesoros.
De pronto, no sé por qué se me ocurrió mirar hacía la tienda, y juraría que un vapor azulino se metía en el frasco vacío, ese que estaba olvidado en un rincón de la vitrina, muy cerca de donde se encontraba el letrero que anunciaba la venta de lluvias.
Hidalgo H. (2013). El vendedor de lluvias. En Miguel Ángel Viejo (Ed.) Un cuento al día. Antología. (pp.11-135). Santiago Chile: Publicaciones Cultura.
Bruma | Niebla de menor densidad que la neblina, especialmente la que se forma sobre el mar. |
Arrebolado | Conjunto de nubes enrojecidas por los rayos del sol. |
Restregar | Frotar o pasar repetidamente y con fuerza una cosa generalmente áspera sobre otra. |
Restablecer | Establecer de nuevo una cosa, ponerla en el estado que había tenido antes. |
Revitalizar | Dar a algo nueva vida o actividad, especialmente después de un período de deterioro o inactividad. |
Socarronería | Modo de expresarse de la persona que se burla de los demás de manera irónica y con apariencia de ingenuidad. |
El hombre que cuenta la historia entró a esa tienda porque:
Alternativas
A) estaba perdido.
B) el anciano que estaba adentro lo llamó.
C) quería descubrir qué contenían los frascos.
D) vio un letrero que decía "Vendo todo tipo de lluvias".
Respuesta
D
Justificación: En el cuarto párrafo del texto al leer el letrero el hombre miró hacia la tienda y entró para preguntar al anciano si era verdad que vendía lluvias. Por ello se puede inferir que el hombre entró porque el aviso le llamó la atención.
El campesino y la fortuna
Enunciado
El campesino y la fortuna
|
¿Cómo llegó el campesino a la conclusión de que la naturaleza es sabia?
__________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
Respuesta
El o la estudiante deben referir a la reflexión que hizo el campesino, ya sea citándola textual o refraseándola con sus propias palabras.
- Porque reflexionó: ¡Bien sabia es la madre naturaleza, pues si un enorme zapallo me hubiera caído encima, no estaría ahora yo vivo!
- Porque se dio cuenta de que si el árbol diera zapallos, al caer uno lo hubiera matado.
- Porque comprendió que los árboles no pueden producir zapallos porque sería peligroso.
El campesino y la fortuna
Enunciado
El campesino y la fortuna
|
¿Por qué el autor le puso ese título al texto? Usa el contenido del texto para explicar tu respuesta.
__________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
Respuesta
El o la estudiante pueden referir a:
- La fortuna que tiene el campesino, al cosechar todo lo que había plantado.
O bien:
- La fortuna que tuvo el campesino de no morir aplastado por un zapallo.
Ejemplos de respuestas:
- Porque el campesino se sentía afortunado porque la tierra lo premió con la cosecha.
- Porque es una fortuna poder cosechar lo que se sembró.
- Porque tuvo suerte de no morir aplastado por un zapallo.
- Porque fue afortunado de que no le cayera un zapallo encima.
NO deben considerarse correctas las respuesta tautológicas, como:
- Porque el campesino fue afortunado.
- Porque se trata de un campesino y la fortuna.
El campesino y la fortuna
Enunciado
El campesino y la fortuna
|
¿Cuál es el propósito de texto?
_______________________________________________________________________________________________
Respuesta
El o la estudiante debe referir al propósito de dejar una moraleja o enseñanza.
Ejemplos de respuestas:
- Dar una enseñanza.
- Transmitir una enseñanza.
- Enseñar.
- La moraleja.
- Dar una lección.
El campesino y la fortuna
Enunciado
El campesino y la fortuna
|
¿Qué había plantado el campesino?
__________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
Respuesta
El o la estudiante debe señalar que el campesino plantó zapallo, sandias y melones.
El campesino y la fortuna
Enunciado
El campesino y la fortuna
|
¿Por qué se sentía agradecido el campesino?
___________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
Respuesta
El o la estudiante debe aludir a la razón por la que se sentía agradecido el campesino, ya sea citando el texto o refraseándolo con sus propias palabras.
Ejemplos de respuesta:
- Porque la tierra lo había premiado, pues había recogido todo lo que con su esfuerzo había sembrado.
- Porque había podido recoger lo que había sembrado con esfuerzo.
- Porque la tierra le había dado frutos.
El campesino y la fortuna
Enunciado
El campesino y la fortuna
|
El texto que acabas de leer es:
A) Una noticia.
B) Un afiche.
C) Una leyenda.
D) Una fábula.
Respuesta
La respuesta correcta es D, una fábula, ya que el propósito principal de este cuento es narrar una historia para transmitir una enseñanza.
Color de los pájaros
Enunciado
El color de los pájaros |
El Periquito fue el siguiente en elegir:
-Yo quiero manchas blancas, azules y amarillas por todo el cuerpo.
Todos estuvieron de acuerdo en que esos colores le favorecían mucho. El Pavo Real se acercó contoneándose y con su voz chillona pidió:
-Para mi hermosa cola quiero colores que se vean desde muy lejos: azules, verdes, amarillos, rojos y dorados.
Los demás pájaros sonrieron ya que conocían lo presumido que era el Pavo Real. El Canario se acercó veloz:
-Como me gusta mucho la luz, quiero parecerme a un rayo de sol. Píntame de amarillo.
El Loro llegó chillando:
-Para que todos los animales me puedan ver, quiero que me pongas los colores más llamativos de tu paleta. Todos pensaron que era muy atrevido al elegir esos colores, pero el Loro se alejó muy contento.
Poco a poco, el resto de los pájaros fue pasando por las manos de la Madre Naturaleza.
Cuando los colores de la paleta se habían acabado y los pájaros lucían orgullosos sus nuevos vestidos, ella recogió sus utensilios de pintura y se dispuso a volver a su hogar. Pero de repente, una voz le hizo volver la cabeza. Por el camino venía corriendo un pequeño Gorrión:
-Espera, espera, por favor -gritaba-, todavía falto yo. Estaba muy lejos y he tardado mucho tiempo en llegar volando. Yo también quiero cambiar de color.
La Madre Naturaleza lo miró apenada:
-Ya no quedan colores en mi paleta.
-Bueno, no pasa nada -dijo el Gorrión tristemente mientras se alejaba cabizbajo por el camino-, de todas formas el color marrón tampoco está tan mal.
-Espera -gritó la Madre Naturaleza-, he encontrado una pequeña gota de color amarillo en mi paleta.
El Gorrión se acercó corriendo muy contento. La Madre Naturaleza mojó su pincel en la gota y agachándose tiernamente le pintó una pequeñísima mancha en la comisura del pico. Por eso, si os fijáis detenidamente en los gorriones, podréis descubrir el último color que la Madre Naturaleza utilizó para colorear a todas las aves del mundo.
Según el texto, ¿qué condición les puso la Madre Naturaleza a los pájaros para cambiarles de color?
Alternativas
A) Estar juntos cuando se hiciera hacer el cambio de color.
B) Pensar muy bien el color, porque solo podrían cambiar una vez.
C) Ponerse de acuerdo, porque cada uno tenía que elegir un color distinto.
D) Elegir cualquier color, excepto el negro.
Respuesta
La respuesta correcta es B.
Color de los pájaros
Enunciado
El color de los pájaros |
El Periquito fue el siguiente en elegir:
-Yo quiero manchas blancas, azules y amarillas por todo el cuerpo.
Todos estuvieron de acuerdo en que esos colores le favorecían mucho. El Pavo Real se acercó contoneándose y con su voz chillona pidió:
-Para mi hermosa cola quiero colores que se vean desde muy lejos: azules, verdes, amarillos, rojos y dorados.
Los demás pájaros sonrieron ya que conocían lo presumido que era el Pavo Real. El Canario se acercó veloz:
-Como me gusta mucho la luz, quiero parecerme a un rayo de sol. Píntame de amarillo.
El Loro llegó chillando:
-Para que todos los animales me puedan ver, quiero que me pongas los colores más llamativos de tu paleta. Todos pensaron que era muy atrevido al elegir esos colores, pero el Loro se alejó muy contento.
Poco a poco, el resto de los pájaros fue pasando por las manos de la Madre Naturaleza.
Cuando los colores de la paleta se habían acabado y los pájaros lucían orgullosos sus nuevos vestidos, ella recogió sus utensilios de pintura y se dispuso a volver a su hogar. Pero de repente, una voz le hizo volver la cabeza. Por el camino venía corriendo un pequeño Gorrión:
-Espera, espera, por favor -gritaba-, todavía falto yo. Estaba muy lejos y he tardado mucho tiempo en llegar volando. Yo también quiero cambiar de color.
La Madre Naturaleza lo miró apenada:
-Ya no quedan colores en mi paleta.
-Bueno, no pasa nada -dijo el Gorrión tristemente mientras se alejaba cabizbajo por el camino-, de todas formas el color marrón tampoco está tan mal.
-Espera -gritó la Madre Naturaleza-, he encontrado una pequeña gota de color amarillo en mi paleta.
El Gorrión se acercó corriendo muy contento. La Madre Naturaleza mojó su pincel en la gota y agachándose tiernamente le pintó una pequeñísima mancha en la comisura del pico. Por eso, si os fijáis detenidamente en los gorriones, podréis descubrir el último color que la Madre Naturaleza utilizó para colorear a todas las aves del mundo.
Según el texto leído, los pájaros sintieron envidia de las flores porque:
Alternativas
A) ellas tenían néctar.
B) tenían un delicioso aroma.
C) tenían distintos colores.
D) no tenían que moverse.
Respuesta
La respuesta correcta es C.
Color de los pájaros
Enunciado
El color de los pájaros |
El Periquito fue el siguiente en elegir:
-Yo quiero manchas blancas, azules y amarillas por todo el cuerpo.
Todos estuvieron de acuerdo en que esos colores le favorecían mucho. El Pavo Real se acercó contoneándose y con su voz chillona pidió:
-Para mi hermosa cola quiero colores que se vean desde muy lejos: azules, verdes, amarillos, rojos y dorados.
Los demás pájaros sonrieron ya que conocían lo presumido que era el Pavo Real. El Canario se acercó veloz:
-Como me gusta mucho la luz, quiero parecerme a un rayo de sol. Píntame de amarillo.
El Loro llegó chillando:
-Para que todos los animales me puedan ver, quiero que me pongas los colores más llamativos de tu paleta. Todos pensaron que era muy atrevido al elegir esos colores, pero el Loro se alejó muy contento.
Poco a poco, el resto de los pájaros fue pasando por las manos de la Madre Naturaleza.
Cuando los colores de la paleta se habían acabado y los pájaros lucían orgullosos sus nuevos vestidos, ella recogió sus utensilios de pintura y se dispuso a volver a su hogar. Pero de repente, una voz le hizo volver la cabeza. Por el camino venía corriendo un pequeño Gorrión:
-Espera, espera, por favor -gritaba-, todavía falto yo. Estaba muy lejos y he tardado mucho tiempo en llegar volando. Yo también quiero cambiar de color.
La Madre Naturaleza lo miró apenada:
-Ya no quedan colores en mi paleta.
-Bueno, no pasa nada -dijo el Gorrión tristemente mientras se alejaba cabizbajo por el camino-, de todas formas el color marrón tampoco está tan mal.
-Espera -gritó la Madre Naturaleza-, he encontrado una pequeña gota de color amarillo en mi paleta.
El Gorrión se acercó corriendo muy contento. La Madre Naturaleza mojó su pincel en la gota y agachándose tiernamente le pintó una pequeñísima mancha en la comisura del pico. Por eso, si os fijáis detenidamente en los gorriones, podréis descubrir el último color que la Madre Naturaleza utilizó para colorear a todas las aves del mundo.
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Une cada pájaro con su elección:
Respuesta
Color de los pájaros
Enunciado
El color de los pájaros |
El Periquito fue el siguiente en elegir:
-Yo quiero manchas blancas, azules y amarillas por todo el cuerpo.
Todos estuvieron de acuerdo en que esos colores le favorecían mucho. El Pavo Real se acercó contoneándose y con su voz chillona pidió:
-Para mi hermosa cola quiero colores que se vean desde muy lejos: azules, verdes, amarillos, rojos y dorados.
Los demás pájaros sonrieron ya que conocían lo presumido que era el Pavo Real. El Canario se acercó veloz:
-Como me gusta mucho la luz, quiero parecerme a un rayo de sol. Píntame de amarillo.
El Loro llegó chillando:
-Para que todos los animales me puedan ver, quiero que me pongas los colores más llamativos de tu paleta. Todos pensaron que era muy atrevido al elegir esos colores, pero el Loro se alejó muy contento.
Poco a poco, el resto de los pájaros fue pasando por las manos de la Madre Naturaleza.
Cuando los colores de la paleta se habían acabado y los pájaros lucían orgullosos sus nuevos vestidos, ella recogió sus utensilios de pintura y se dispuso a volver a su hogar. Pero de repente, una voz le hizo volver la cabeza. Por el camino venía corriendo un pequeño Gorrión:
-Espera, espera, por favor -gritaba-, todavía falto yo. Estaba muy lejos y he tardado mucho tiempo en llegar volando. Yo también quiero cambiar de color.
La Madre Naturaleza lo miró apenada:
-Ya no quedan colores en mi paleta.
-Bueno, no pasa nada -dijo el Gorrión tristemente mientras se alejaba cabizbajo por el camino-, de todas formas el color marrón tampoco está tan mal.
-Espera -gritó la Madre Naturaleza-, he encontrado una pequeña gota de color amarillo en mi paleta.
El Gorrión se acercó corriendo muy contento. La Madre Naturaleza mojó su pincel en la gota y agachándose tiernamente le pintó una pequeñísima mancha en la comisura del pico. Por eso, si os fijáis detenidamente en los gorriones, podréis descubrir el último color que la Madre Naturaleza utilizó para colorear a todas las aves del mundo.
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Lee el siguiente fragmento del texto:
"-Bueno, no pasa nada -dijo el Gorrión tristemente mientras se alejaba cabizbajo por el camino-, de todas formas el color marrón tampoco está tan mal".
A partir del fragmento, se puede inferir que el gorrión era:
Alternativas
A) Infeliz.
B) Cínico.
C) Obediente.
D) Resignado.
Respuesta
La respuesta correcta es D.
Color de los pájaros
Enunciado
El color de los pájaros |
El Periquito fue el siguiente en elegir:
-Yo quiero manchas blancas, azules y amarillas por todo el cuerpo.
Todos estuvieron de acuerdo en que esos colores le favorecían mucho. El Pavo Real se acercó contoneándose y con su voz chillona pidió:
-Para mi hermosa cola quiero colores que se vean desde muy lejos: azules, verdes, amarillos, rojos y dorados.
Los demás pájaros sonrieron ya que conocían lo presumido que era el Pavo Real. El Canario se acercó veloz:
-Como me gusta mucho la luz, quiero parecerme a un rayo de sol. Píntame de amarillo.
El Loro llegó chillando:
-Para que todos los animales me puedan ver, quiero que me pongas los colores más llamativos de tu paleta. Todos pensaron que era muy atrevido al elegir esos colores, pero el Loro se alejó muy contento.
Poco a poco, el resto de los pájaros fue pasando por las manos de la Madre Naturaleza.
Cuando los colores de la paleta se habían acabado y los pájaros lucían orgullosos sus nuevos vestidos, ella recogió sus utensilios de pintura y se dispuso a volver a su hogar. Pero de repente, una voz le hizo volver la cabeza. Por el camino venía corriendo un pequeño Gorrión:
-Espera, espera, por favor -gritaba-, todavía falto yo. Estaba muy lejos y he tardado mucho tiempo en llegar volando. Yo también quiero cambiar de color.
La Madre Naturaleza lo miró apenada:
-Ya no quedan colores en mi paleta.
-Bueno, no pasa nada -dijo el Gorrión tristemente mientras se alejaba cabizbajo por el camino-, de todas formas el color marrón tampoco está tan mal.
-Espera -gritó la Madre Naturaleza-, he encontrado una pequeña gota de color amarillo en mi paleta.
El Gorrión se acercó corriendo muy contento. La Madre Naturaleza mojó su pincel en la gota y agachándose tiernamente le pintó una pequeñísima mancha en la comisura del pico. Por eso, si os fijáis detenidamente en los gorriones, podréis descubrir el último color que la Madre Naturaleza utilizó para colorear a todas las aves del mundo.
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Enumera, del 1 al 7, las siguientes acciones de acuerdo al orden en que ocurren en el texto:
___ La madre Naturaleza le informó que ya no quedaban colores en su paleta.
___ El gorrión se alejó cabizbajo por el camino.
___ La Madre Naturaleza recogió sus utensilios y se dispuso a volver a su hogar.
___ El gorrión se acercó corriendo muy contento.
___ La Madre Naturaleza le pintó una pequeña mancha en la comisura del pico.
___ El gorrión estaban muy lejos y tardó mucho en llegar volando.
___ La Madre Naturaleza encontró una pequeña gota de color amarillo en su paleta.
Respuesta
_3_ La madre Naturaleza le informó que ya no quedaban colores en su paleta.
_4_ El gorrión se alejó cabizbajo por el camino.
_1_ La Madre Naturaleza recogió sus utensilios y se dispuso a volver a su hogar.
_6_ El gorrión se acercó corriendo muy contento.
_7_ La Madre Naturaleza le pintó una pequeña mancha en la comisura del pico.
_2_ El gorrión estaban muy lejos y tardó mucho en llegar volando.
_5_ La Madre Naturaleza encontró una pequeña gota de color amarillo en su paleta.