La liebre y la tortuga
Enunciado
La liebre y la tortuga
Una vez, una liebre se burlaba de las patas tan cortas y de la lentitud al caminar de una tortuga, sin embargo, esta no se quedó callada y se defendió lanzando una risa y diciéndole a la liebre:
- Puede que seas muy veloz, amiga liebre, pero estoy más que segura de que podré ganarte una carrera.
La liebre sorprendida por lo que le dijo la tortuga, aceptó el reto sin pensarlo dos veces, ya que ella estaba muy segura de que ganaría a la tortuga a ojos cerrados. Entonces, ambos propusieron a la zorra que fuese ella quien señalase el camino y la meta.
Días después, llegó el esperado momento de la carrera y, a la cuenta de tres, se inició la carrera. La tortuga no dejaba de caminar y caminar, pero, a su lento paso, avanzaba tranquilamente hacia la meta.
En cambio, la liebre corrió tan rápido que dejó muy atrás a la tortuga. Al darse la vuelta y ya no verla, la liebre vio seguro su éxito sobre la carrera y decidió echarse una siesta.
Poco después, la liebre despertó y vio si por atrás seguía sin llegar la tortuga, pero al mirar hacia la meta, vio a la tortuga muy cerca de la final, y a pesar de su intento desesperado por correr lo más rápido posible para llegar primero, no lo logró y ganó la tortuga.
Moraleja: Con seguridad constancia y paciencia, aunque parezcamos lentos, siempre lograremos el éxito. Recuerden: poco a poco se llega muy lejos.
Esopo. (2004). Cuento Contigo. Santiago de Chile: CEP.
¿De qué se burlaba la liebre?
Alternativas
A) De la risa de la tortuga y de su forma de hablar.
B) De las patas cortas de la tortuga y de su lentitud al caminar.
C) De las palabras de la tortuga cuando dijo que ganaría la carrera.