Una invitación para todos
La música existe en la medida que cada individuo y cada grupo humano participa de ella al escucharla, crearla, interpretarla, difundirla, disfrutarla, comprenderla o recordarla.
Como actividad humana compleja, la música implica el uso de facultades perceptivas, emocionales, sicomotrices y cognitivas, con gran énfasis en la imaginación y la creatividad.
En el quehacer musical, sonidos y silencios son estudiados y experimentados con el fin de darles una organización y un sentido o significado propio.
La música es un proceso en permanente autogeneración y desarrollo, lo que le permite asimilar, expresar, y promover el crecimiento, cambio y reflexión en una sociedad.