Descripción

Emplazado en Pisagua, este recinto hospitalario es uno de los vestigios más emblemáticos de los tiempos de bonanza de dicha localidad. Fue construido entre los años 1906 y 1909, junto a un conjunto de obras públicas que buscaban mejorar la calidad de vida del puerto.
La materialidad utilizada para su construcción fue la madera, específicamente el pino oregón. Si bien se trata de un material escaso en la zona, fue ampliamente importado y empleado para la construcción de múltiples inmuebles.
El edificio posee dos enormes pisos, construidos en base a ensambles. Su fachada de orden racional y simétrico cuenta con una serie de columnas que remiten a un estilo arquitectónico georgiano. Ejemplo de ello, son la totalidad de sus vanos con forma rectangular. Además, destaca su amplia escalera de acceso, su patio central y los muros de piedra que rodean a la construcción, los cuales sirven como soporte del inmueble.
Su infraestructura fue planificada para poder atender a cien pacientes aproximadamente. La necesidad de contar con un hospital se debió al auge que experimentó el poblado a partir de la explotación industrial del salitre, desde mediados del siglo XIX. Por su situación geográfica, Pisagua se convirtió en un puerto estratégico para embarcar el mineral extraído en las oficinas cercanas, rumbo a diferentes destinos internacionales.
Sin embargo, el florecimiento de la ciudad duró hasta principios del siglo XX, periodo en que comenzó la crisis del salitre. El reemplazo del mineral por su variante sintética afectó directamente tanto a la economía nacional como a los poblados que lo producían. El éxodo de gran parte de los habitantes de Pisagua generó una disminución considerable de la demanda sanitaria y por tanto de los recursos del hospital. Desde este periodo se agudizará el deterioro del edificio, que ya contaba con problemas estructurales de la construcción original. Especialistas han dado cuenta que el hospital fue levantado sobre una superficie rellena con material de poca solidez, sufriendo paulatinamente un proceso de hundimiento. Aunque entre 1930 y 1940 se intentó subsanar tal situación, el hospital perdió sus pabellones laterales y finalmente en 1958 dejó de funcionar.
Treinta y tres años después de su cierre y tras décadas de reiterados saqueos, gracias a la puesta en valor de su riqueza arquitectónica e histórica, fue declarado Monumento Nacional. Actualmente, sus ruinas son uno de los principales atractivos de la zona, como uno de los últimos testimonios del pasado esplendoroso del puerto de Pisagua.