Descripción

La capilla Quinta Bella fue construida en 1864 por encargo de José Tomás Urmeneta, el empresario del cobre más importante del siglo XIX, al interior de su fundo Quinta Bella, en la actual comuna de Recoleta. Su diseño inspirado en iglesias europeas, estuvo a cargo del destacado arquitecto Manuel Aldunate, el mismo que fue responsable de hitos urbanos como el Cerro Santa Lucía, el edificio del antiguo Congreso Nacional y el Mercado Central de Santiago.
La capilla está construida en albañilería de ladrillo, con torreones de madera, fino parqué y puertas de roble, y abarca una extensión de 92 m2. Su característica distintiva es la planta octagonal simétrica que la organiza en tres cuerpos: nave principal (en forma de cruz); el coro y torres; y la sacristía tras el altar. Su interior es iluminado por una claraboya con vidrios de colores que conserva la forma de la planta. En cuanto a la decoración destacan al exterior las ventanas redondeadas de las torres, el rosetón de la fachada principal y la puerta de acceso minuciosamente tallada; al interior algunos detalles en yeso corresponden a frisos, columnas y cornisas.
Con el paso del tiempo el fundo fue vendido por su dueño a la Casa de Orates para crear una colonia agrícola, sin embargo, la mala administración del asilo hizo que esto no prosperara. En 1950, estos terrenos -incluida la capilla- fueron comprados para construir casas, las que darían vida a la Población Quinta Bella.
En la década del setenta la capilla fue clausurada, mientras que en los terrenos donde se ubicaba se instaló la Escuela República del Perú.
Debido a la belleza de su arquitectura y la particularidad de su diseño con una planta octogonal, en el año 1994 el Ministerio de Educación la declaró Monumento Nacional en la categoría de Monumento Histórico.
Tras la ejecución de un proyecto de restauración, la capilla fue refaccionada y se recuperó su entorno, creando un punto de encuentro para los vecinos y devotos. Actualmente es parte de la ruta patrimonial de la comuna de Recoleta.